• viernes, 29 de marzo de 2024
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TOROS

En busca de la bravura: una tarde de tentadero en la ganadería de Pincha en su finca de Lodosa

El hierro navarro volverá a San Fermín en 2019 tras su exitoso debut en la plaza de Pamplona durante los pasados Sanfermines. 

Tentadero en la ganadería lodosana de Pincha propiedad de José Antonio Baigorri. MIGUEL OSÉS. MIGUEL OSÉS (19)
Tentadero en la ganadería lodosana de Pincha propiedad de José Antonio Baigorri. MIGUEL OSÉS.

Con el anuncio de la presencia de la ganadería de Pincha en la novillada picada de la Feria del Toro 2018, José Antonio Baigorri veía recompensados todos sus esfuerzos y sacrificios al frente del hierro navarro, cuyas reses pastan en la finca lodosana de “El Ontanal”.

De procedencia Domecq, sus animales se han caracterizado en las últimas temporadas por su bravura, haciendo disfrutar al mismo tiempo a la afición y a los novilleros que los han lidiado en diferentes plazas españolas y francesas. Además, su debut en novillada con picadores también se produjo el pasado año en la plaza de Mugron.

Pero, ¿a qué se debe este éxito? Ser ganadero es un trabajo duro -de toros solo saben las vacas y no todas, se suele decir- al igual que gratificante cuando todo comienza a rodar.

Aquí entra en juego una de las actividades ganaderas principales, el tentadero. En este simulacro de festejo mayor se prueba la bravura de las vacas con el fin de escoger aquellas que en el futuro serán madres según unos criterios determinados.

"Lo fundamental es la entrega" dice José Antonio Baigorri. "Tiene la misma importancia el caballo y la muleta. Hoy, un toro que no es lidiable en la muleta no sirve, al igual que mantener una vaca mansa en el caballo aunque buena en la muleta hace que esto vaya degenerando", añade el ganadero. 

En el tentadero se debe guardar un silencio sepulcral al salir la vaca, pudiendo ser solo roto por las llamadas de atención del picador. Este se sitúa en la contraquerencia del animal, es decir, en el lugar opuesto al que la vaca tiende a ir por naturaleza al sentirse más segura. Tras una primera toma de contacto entre el picador y el animal, el torero o novillero presente sale a pararlo con el capote. Así, y siguiendo las indicaciones del ganadero y su hija Patricia, el madrileño Chechu coloca a la vaca de menor a mayor distancia del caballo. Normalmente, las reses son picadas en un mayor número de ocasiones que en un festejo reglamentado, lo cual se debe en parte al tamaño de la puya empleada, de menores dimensiones que las normales, que apenas deja un picotazo en el lomo de la res.

Una vez que el ganadero considera vista a la vaca en el caballo, el matador procede a realizar la faena de muleta. Chechu lleva a cabo varias tandas sobre ambas manos situándose en diferentes terrenos de la plaza según las indicaciones de Baigorri.

Los tentaderos, además de servir para la selección de los animales, son un entrenamiento para los toreros, quienes aprovechan para prepararse para la temporada venidera. Cuando el matador acaba su faena, los alumnos de la Escuela Taurina de Navarra, previa solicitud de permiso al ganadero, salen al ruedo a practicar y recibir los consejos de los profesionales presentes.

En la segunda vaca tentada, el novillero francés Maxime Solera disfruta el toreo en una larga faena culminada con una añeja imagen toreando a campo abierto al atardecer y simulando la suerte suprema, es decir, entrando a matar con la mano y sin espada.

Tras tentar a cuatro eralas, vacas de dos años, Baigorri vuelve a destacar la importancia del caballo para el ganadero, pero lamenta que en los festejos mayores no se puede disfrutar de la espectacularidad del tercio de varas debido a la mala ejecución, los puyazos excesivos o el gran tamaño del caballo.

Sobre los tentaderos, comenta que suelen variar la práctica totalidad de los días, si bien hay toreros de la casa como Pedro Carra, ya retirado y que lleva tentando desde el inicio de la ganadería o Javier Castaño, matador gravemente herido en la corrida de José Escolar de los pasados Sanfermines.

"La próxima temporada se presenta bastante bien, con Pamplona y otra plaza de responsabilidad como ejes centrales. Tan solo nos falta por colocar una de las tres novilladas sin caballos que tenemos en el campo", explica el ganadero. 

Desde aquí deseamos mucha suerte a la ganadería Pincha en la temporada 2019 y esperamos que el campo bravo navarro recupere la importancia de antaño.


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En busca de la bravura: una tarde de tentadero en la ganadería de Pincha en su finca de Lodosa