• jueves, 28 de marzo de 2024
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TOROS

Guillermo lo lleva en la sangre

Emocionado y exitoso debut de Guillermo Hermoso de Mendoza, que recibió el testigo en su casa y de la mano de su padre, Pablo Hermoso de Mendoza. 

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Pablo Hermoso de Mendoza y su hijo Guillermo se funde en un abrazo en el momento de la alternativa.

INCIDENCIAS: Segunda de feria. Tarde soleada y agradable. Lleno.

GANADO: Cuatro toros (1º, 2º, 4º y 5º) del hierro portugués José Rosa Rodrigues, de buen juego en general, y dos novillos (3º y 6º) de Fermín Bohórquez, el primero noble pero de escasa fuerza y el segundo con motor. Bien presentados y con las defensas reglamentariamente despuntadas.

REJONEADORES:

Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y dos orejas y rabo)

Manuel Manzanares (dos orejas y saludos desde el tercio)

Guillermo Hermoso de Mendoza (dos orejas y oreja). Los tres jinetes salieron a hombros.

Emocionante tarde la vivida este domingo en Estella. Pablo y Guillermo. Padre e hijo compartiendo cartel y una plaza de toros llena hasta la bandera, incluso los privilegiados balcones con vistas a la plaza estaban a reventar. La expectación era máxima, la ciudad navarra iba a "parir" otro rejoneador. Y el resultado final no defraudó.

A sus diecisiete años, Guillermo ha dado esta tarde una lección de raza, orgullo y técnica que invitan a ver su futuro como torero de manera más que optimista. El momento más caliente de su tarde llegó en su segundo toro, que cerró plaza. Tras sobreponerse a una fuerte voltereta después de caer desde la montura a la misma cara del novillo, Guillermo estuvo brillante con las banderillas al quiebro.

Puso tres cortas y dos pares a dos manos que terminaron por poner la plaza boca abajo. Con el público entregado y en el bolsillo se dispuso a matar, y tras varios pinchazos logró enterrar el rejón. Cortó una oreja y probablemente perdió el rabo con los aceros, pero la imagen que ha dado esta tarde Guillermo vale mucho más que eso.

Previamente, en el tercero de la tarde, ya dejó detalles muy toreros y tuvo momentos de mucha lucidez. Sorprendió especialmente la facilidad y el gusto con los que paró al toro de salida. Brilló en banderillas y mató bien, lo que le valió para arrancarle las dos orejas.

Solo con observar a su padre, Don Pablo Hermoso de Mendoza, se podía intuir la emoción que suponía esta tarde para él. Pendiente en todo momento del quehacer de su hijo, Pablo demostró ser, además de la fuente fundamental de donde ha bebido Guillermo, un excelente docente. Ha conseguido que un chaval que todavía no alcanza la mayoría de edad, se comporte en la plaza como un torero derecho. Sin duda es un motivo por el que sacar pecho.

Por su parte, Pablo sorteó dos toros que le permitieron mostrar a su pueblo, una vez más, ese toreo que le ha llevado a recorrer las plazas de medio mundo como número uno del rejoneo. Cortó cuatro orejas y un rabo, pero el motivo por el cual dormirá hoy feliz y satisfecho es otro muy distinto. Y es que lo importante hoy no era él, sino el alumno.

Completaba terna el alicantino Manuel Manzanares, hombre que ha crecido como torero en casa de Pablo y es prácticamente uno más en "Noveleta". Sin duda que para él también ha sido un día emotivo. Cortó las dos orejas al primero de su lote y podría haber hecho lo mismo ante el quinto, pero falló con el de muerte.

Cuando caía ya la noche en la ciudad de Estella, tres caballeros abandonaban en volandas su plaza de toros. Uno, el mayor, que lo ha sido absolutamente todo en el arte del rejoneo. Otro, el pequeño, que se ha ganado el respeto y el derecho de que se le conozca por Guillermo, y no como el hijo de Pablo. Y un tercero, que sin correr por sus venas la misma sangre, se ha curtido como torero en el seno de una familia que, desde hoy, tiene ya dos toreros en casa. Enhorabuena a la familia Hermoso de Mendoza.


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Guillermo lo lleva en la sangre