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FERIA DEL PILAR

Generosa puerta grande para Lea Vicens en la despedida de Bohórquez

La amazona francesa Lea Vicens salió a hombros en la última corrida de la feria del Pilar tras obtener las dos orejas del sexto toro.

GRA294. ZARAGOZA, 18/10/2015.- La rejoneadora francesa Lea Vicens da la vuelta al ruedo tras cortar dos orejas en la faena a su segundo toro, de la ganadería Fermín Bohórquez, en la corrida de la Feria del Pilar, en la que ha compartido cartel con Pablo Hermoso de Mendoza y Fermín Bohórquez, que se despedia de los ruedos. EFE/Javier Cebollada
Lea Vicens, con sus dos orejas del sexto toro. EFE

FICHA DE LA CORRIDA:

Seis toros, reglamentariamente despuntados para rejones, de la divisa de Fermín Bohórquez, bien presentados y, salvo el quinto, de buen juego en conjunto, aunque algo medidos de fuerzas.

Fermín Bohórquez: dos pinchazos y rejonazo contrario (palmas); cinco pinchazos, dos rejonazos contrarios y tres descabellos (vuelta al ruedo tras aviso).

Hermoso de Mendoza: medio rejonazo contrario, dos pinchazos y rejonazo contrario (gran ovación); medio rejonazo contrario, rejonazo desprendido y descabello (ovación).

Lea Vicens, rejonazo trasero desprendido y cinco descabellos (ovación); rejonazo caído (dos orejas). Salió a hombros.

La plaza casi se llenó en el octavo y último festejo de abono de la feria del Pilar de Zaragoza.


DISCRIMINACIÓN POSITIVA

Se prometía tarde de emociones en la despedida de un veterano y gran rejoneador como es el jerezano Fermín Bohórquez. Y todo parecía estar preparado para ello viendo como, uno tras otro, los toros de la ganadería familiar iban dando muy buen juego para los caballos toreros.

Pero la única y decisiva traba a la alegría completa fue que los tres jinetes fallaron más de la cuenta con los aceros de muerte, lo que en esta especialidad de toreo siempre se paga con la pérdida de trofeos, por muchos méritos que se hayan hecho hasta entonces.

Por eso mismo, por que mató a la primera al último toro, la amazona francesa Lea Vicens fue la única en "puntuar" en el cierre de la feria zaragozana, aunque las dos orejas que avalaron su salida por la puerta grande no dejaron de ser un premio demasiado generoso.

Contó también para ello la que se podría considerar como "discriminación positiva" de la gente, esa simpatía que, por el hecho de ser mujer, la francesa provocó en los tendidos más allá de sus aciertos o sus fallos, que hubo más de los últimos.

En la primera parte de la faena premiada, la rejoneadora gala estuvo tan imprecisa y clavó con tan escaso ajuste como lo hizo ante su primero, un toro que se quedó muy entero con un sólo rejón de castigo y con el que pasó apuros para lidiarlo.

Fue tirando de desparpajo y adornos para la galería como Lea Vicens salió del paso con ambos, hasta que, en el último tramo de esa última faena, más centrada ella y más templado aún el enclasado toro, llegaron sus mejores y más ajustados embroques con las banderillas, aunque no tantos como para ameritar el doble trofeo.

También estuvo muy desacertado con los hierros de muerte el veterano Bohórquez, que no pudo tener así una despedida de trofeos acorde a su trayectoria.

Pese a su experiencia, el jerezano acusó ciertos nervios con su primero, traducidos en varios fallos al clavar. Pero mejoró mucho su actuación con el de la despedida, un serio, bonito y bravo toro de su casa.

Se vio entonces ese estilo clásico de Bohórquez, el que siempre le identificó, pues se dejó venir al toro a cada encuentro con todas la ventajas para el animal para clavar con sobriedad y elegancia. Y hubiera conseguido algo más que una cariñosa vuelta al ruedo de no haberse precipitado a la hora de matar, con una ansiedad emocional que en nada le benefició en esta última aparición pública como rejoneador.

Las faenas más compactas, meritorias y brillantes de la tarde se las hizo a sus dos toros el navarro Hermoso de Mendoza, que tuvo que ser atendido en la enfermería antes del paseíllo por un corte en uno de los dedos de la mano derecha.

Aun así templó al milímetro las embestidas de su primero, al que también clavó banderillas con magistral perfección antes de que el toro se afligiera y él fallara sólo con el rejón de muerte.

Un distinto, pero no menor, mérito tuvo su faena al quinto, que se paró pronto y le obligó a poner toda la carne en el asador, provocándolo muy en corto con sus caballos menos con un debutante que no le dejó matar con prontitud.


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Generosa puerta grande para Lea Vicens en la despedida de Bohórquez