• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:32
 
 

TOROS

Hermoso de Mendoza impone su maestría en el cierre ecuestre de la Feria del Pilar

El jinete navarro ha sido el triunfador de la tarde con dos orejas, mientras que la amazona Lea Vicens ha sufrido una aparatosa caída tras la que ha podido esquivar al toro.

El rejoneador Hermoso de Mendoza, tras cortar una oreja a su segundo toro, de la ganadería Fermín Bohorquez, durante la corrida de rejones de la Feria del Pilar de Zaragoza, celebrada en el coso de La Misericordia, en la que ha compartido cartel con Lea Vicens y Mario Pérez Langa, que ha tomado la alternativa. EFE/Javier Cebollada
El rejoneador Hermoso de Mendoza, tras cortar una oreja a su segundo toro, de la ganadería Fermín Bohorquez, durante la corrida de rejones de la Feria del Pilar de Zaragoza, celebrada en el coso de La Misericordia, en la que ha compartido cartel co

FICHA DEL FESTEJO

Seis toros, reglamentariamente despuntados para rejones, de Fermín Bohórquez, de buena presencia y de juego variado, manejables y nobles, los primeros, y con algunas complicaciones, los últimos.

Hermoso de Mendoza: medio rejonazo trasero (oreja); pinchazo y medio rejón trasero (oreja con fuerte petición de la segunda).

Lea Vicens: rejonazo trasero y tres descabellos pie a tierra (vuelta al ruedo); pinchazo, bajonazo contrario, dos pinchazos y rejonazo trasero (ovación).

Mario Pérez Langa, que tomó la alternativa: dos pinchazos, bajonazo y descabello (vuelta al ruedo); medio rejón y rejonazo traseros (vuelta al ruedo tras aviso).

Pérez Langa se doctoró con el toro "Buscador", nº 35, negro bragado, de 500 kilos.

La amazona Lea Vicens fue atendida en la enfermería de un "traumatismo en la región costal izquierda y de contusión en el metatarso del pie derecho, pendientes de diagnóstico por imagen"

Noveno y último festejo de abono de la feria del Pilar, con lleno en los tendidos.

MAESTRÍA, TEMPLE Y SUTILEZA

Con una temporada más de experiencia en las casi tres décadas que lleva como rejoneador de alternativa, Pablo Hermoso de Mendoza volvió a hacer este domingo en Zaragoza una gran exhibición de maestría, tanto en la lidia de sus dos toros como en la doma de una cuadra con la que todo lo que realiza tiene el sello de la sutil facilidad.

Esa pauta fue la que marcó de principio a fin dos faenas en las que sus caballos parecían disfrutar en su enfrentamiento con los toros, como si en vez de a dejarse llegar las violentas embestidas salieran a dar un plácido paseo campestre.

Y así fue como a su primero, noble pero falto de fondo, lo enceló con suavidad a la grupa de "Napoleón" para que, ya en el tercio de banderillas, "Berlín" se recreara en cada embroque, llegando muy despacio hasta escasos centímetros de los pitones para salir limpiamente y sin esfuerzo del compromiso.

Esa falta de brío del toro le restó un punto mayor de emoción a la faena, por lo que sólo se premió al navarro con una oreja, pero se le pidieron con mucha fuerza las dos del cuarto, premio que el presidente dejó sólo en una tal vez por un pinchazo previo al rejonazo final.

En esta otra ocasión la faena de Hermoso tuvo el mérito añadido de llevarla a cabo con un toro que siempre esperó antes de decidirse a embestir, aunque no tuvo más remedio que hacerlo de tanto y de tan cerca como le llegaron los valientes caballos del navarro, para conseguir sacarle así mucho más partido del esperado.

Los fallos con el descabello, ya pie a tierra, impidieron que la francesa Lea Vicens también obtuviera algo un trofeo de su primer toro, otro ejemplar manejable pero de no mucho celo, al que la amazona lidió con temple y clavó banderillas con rectitud y limpieza, dejando ver su positiva evolución desde su triunfo del año pasado en esta misma feria.

Más problemas tuvo, en cambio, con el quinto, un toro reservón y de querencia a tablas que, cuando intentaba clavarle una banderilla al quiebro, acabó por alcanzar aparatosamente a su cabalgadura hasta derribar a la rejoneadora y buscarla con saña sobre la arena, aunque sin ocasionarle más que algunas contusiones.

Intentó rehacerse del percance Lea Vicens, que volvió a subirse a caballo para rematar la faena, sólo que, nerviosa y precipitada, falló reiteradamente con los rejones de muerte.

La maestría del rejoneador veterano contrastó con la poca experiencia del jinete al que este domingo dio la alternativa, el bilbilitano Mario Pérez Langa, al que le vino un tanto grande el compromiso en una plaza tan importante.

Aun contando en todo momento con el aliento de sus paisanos, el toricantano no pasó de discreto con el toro de la ceremonia, que fue el mejor de la tarde, e intentó remontar con fibra y alardes para la galería su faena al sexto, un astado de mayores complicaciones y con el que su falta de rodaje se hizo aún más evidente.


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Hermoso de Mendoza impone su maestría en el cierre ecuestre de la Feria del Pilar