• jueves, 28 de marzo de 2024
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REVISTA

El famoso barrendero que alegra las calles de Estella con sus canciones flamencas

 "La gente me habla mucho. '¿Qué haces, Camarón?', me dicen. Hay quien me invita a un mosto", explica Nicolás Jiménez.

No hay nada como disfrutar en tu propio trabajo y Nicolás Jiménez Amador lo sabe bien. Es barrendero en la empresa Cespa y se encarga de limpiar todas las tardes las calles de Estella. Jiménez se ha hecho famoso entre sus vecinos: mientras limpia y recoge, canta. Es un apasionado del flamenco y asegura que "esto de barrer es una maravilla".

El barrendero estellés fue entrevistado por la revista Calle Mayor (dedicada a Tierra Estella), que descubrió una persona sin igual que vive feliz y sin complejos.

"No tengo problemas, estoy bien, mi familia también; vivo en armonía. Y la música va conmigo desde siempre", asegura Jiménez a la revista. Para él, la música es gran parte de su vida, se levanta con ella (su hermana pone el volumen "a tope", explica) e incluso ha creado un grupo con sus dos hermanos. Se hacen llamar 'Concouma' y empezaron interpretando canciones de otros, aunque ahora han escrito las suyas propias. "Andrés, el pequeño, toca el piano y es la primera voz; Daniel, la batería y yo, el cajón, además de hacer la segunda voz".

Nicolás Jiménez trabaja por las tardes, de 16 a 19 horas, y alterna dos recorridos. "El primero son las tres plazas -la de los Fueros, la de santiago y la de la Coronación-, la calle Mayor y lo viejo. El otro, las tres plazas y la calle Mayor y el barrio de San Pedro", explica.

A los vecinos parece alegrarles los pequeños conciertos de Jiménez por las calles: "La gente me habla mucho. '¿Qué haces, Camarón?', me dicen. Hay quien me invita a un mosto, yo me lo tomo rápido y sigo trabajando; no me gusta hacer desprecio. Noto que caigo bien. Si un día estoy más pensativo, la gente se extraña".

CON LA MÚSICA A OTRA PARTE

Jiménez ha sido un entusiasta de la música desde pequeño. "Canto desde siempre. Empecé trabajando en la Escuela Taller, y ya nos daba por coger las papeleras para hacer percusión y cantar", cuenta al medio estellés.

Pero la música no siempre le ha traído amistades. Antes de ser barrendero, trabajó muschos años como obrero. "También cantaba cuando estaba en la obra", apunta. "A la gente le parecía que no trabajaba, y el jefe a veces decía 'al tajo', pero sí que trabajo. Hago las dos cosas al mismo tiempo".

La transición de la obra a la calle fue pura casualidad. Fue su madre quien "dejó caer" en el Ayuntamiento que Nicolás Jiménez necesitaba trabajo. Así, le contrataron durante el verano para mantenimiento y limpiezas en el río Ega. Según jiménez, "el jefe de entonces se quedó contento y me ofreció trabajar en las calles una temporada de prueba. Vio que valía, me hicieron fijo y estoy encantado".

¿TRABAJO ASEGURADO?

Como hemos dicho, no hay nada mejor que trabajar en lo que a uno le gusta y Jiménez no entiende a la gente que se queja por su trabajo: "No lo entiendo porque si no te gusta puedes hacer el esfuerzo de intentar cambiar. También creo que hay que adaptarse".

Para él, trabajar de barrendero en Estella "es una maravilla". "No me puedo quejar, salvo de los dueños de los perrillos que, a veces lo dejan todo por ahí y a mí no me sienta bien". Asegura que se lleva genial con sus compañeros y que si va a un sitio y ve basura tirada por el suelo, la recoge. "Los chavales normalmente tiran pipas, pero es normal. A veces, si veo que manchan, les digo algo y se quedan un poco avergonzados y lo recogen. Tiene su efecto", bromea con la revista.

En Estella, el tripartito (formado porEHBildu, Ahora-Orain y Geroa Bai) ha propuesto municipalizar el servicio de limpieza, en el que ahora trabajan empresas privadas como Cespa. Jiménez afirma que vive con la incertidumbre, pero su optimismo no decae: "La gente está contenta conmigo, y el trabajo se hace, espero que todo siga igual".


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