El presidente de VOX Navarra, Emilio Jiménez, manifiesta que todos los grupos del Parlamento de Navarra están “enfocando mal” la problemática al respecto de la aplicación de la Ley de Policías de Navarra. Considera que el “origen del conflicto” radica en que “no existe un modelo nacional de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con su correspondiente desarrollo de reglamento de puesto: retribuciones, funciones, horarios y calendarios porque ningún gobierno del Partido Popular se atrevió a ello cuando tuvo la oportunidad”.
En consecuencia, Jiménez apunta que “las policías autonómicas campan a sus anchas al carecer de una directriz única”. Considera que el vicepresidente de Navarra, Javier Remírez, “no sabe qué hacer con esta situación que ellos mismos han provocado al desear quitarle las competencias al Estado”. “Los sucesivos gobiernos de Navarra han ido vaciando las unidades centrales por el despliegue de comisarías, hasta que llega un momento en el que no saben cómo lidiar con ello”, añade. Jiménez insta a “preguntarse si realmente Navarra puede tener tres cuerpos de policías integrales -Policía Foral, Guardia Civil y Policía Nacional- con unos ratios policiales que son de los más altos de España, con el número de efectivos que ello requiere”.
El presidente de VOX Navarra analiza que “se ha querido hacer una policía integral sin disponer de los medios, dinero, recursos ni modelo necesarios para ello; simplemente para poder decir que tenemos nuestra propia policía”. Esto genera “frustración” entre los efectivos del cuerpo, dado que “no se cumplen las expectativas que se les vende”. Considera que otra consecuencia de este “modelo fallido” es “el abandono de muchas comisarias territoriales que no cuentan con sus plantillas completas o disponen de muy pocos efectivos para patrullar o realizar sus servicios”. Una circunstancia que “perjudica a la población por culpa de los errores políticos”.
Jiménez propone solucionarlo mediante “la transformación del modelo autonómico a un modelo integrado dentro del modelo nacional, así como la incorporación de sus miembros a los cuerpos nacionales a través de las denominadas ‘pasarelas’, a la vez que se garantiza la equiparación salarial real entre el Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y policías autonómicas”. Es decir, “un modelo que pivote en la lealtad y cooperación entre la Policía Foral y el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. “El Estado debe mantener las competencias en Defensa y Fuerzas Armadas, sin que las autonomías se inmiscuyan en ese ámbito”, concluye.
