Los sindicatos abertzales ELA y LAB, la Confederación Intersindical Galega (CIG) y la Intersindical-CSC de Cataluña han denunciado este martes la utilización de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus para "imponer un artículo 155 encubierto".
Estos sindicatos nacionalistas consideran, en un manifiesto conjunto, que la crisis del coronavirus constituye "una nueva muestra de la falta de soberanía "de sus "respectivas naciones", al invalidar "la ya de por sí insuficiente autonomía".
"Asistimos a una campaña de propaganda unionista con desfiles militares incluidos, que no busca aunar esfuerzos para hacer frente a la crisis sanitaria, sino utilizar la crisis sanitaria para anular la capacidad de decidir sobre cuestiones fundamentales para la vida de los trabajadores y trabajadoras de nuestras naciones", afirman.
Al mismo tiempo, reivindican el derecho a decidir para hacer frente eficazmente a la crisis sanitaria, así como a los retos que se deben afrontar después de la crisis.
A juicio de estos sindicatos, las medidas que están adoptando el Gobierno español y las comunidades autónomas "confinan los derechos, vienen tarde, y son injustas e insuficientes para la clase trabajadora y para los colectivos más vulnerables".
Insisten en la necesidad de paralizar todas las actividades no esenciales, con medidas de confinamiento más estrictas, y afirman que "hoy más que nunca son necesarias políticas públicas y concentrar todos los recursos en favor de las mayorías sociales para adoptar todas las medidas para una protección social sin exclusiones, que garantice el empleo, los salarios e ingresos dignos para toda la clase trabajadora".
Los sindicatos nacionalistas abogan por medidas "más audaces" para asegurar una financiación pública, vía impositiva a las grandes fortunas y las grandes empresas, y la intervención pública de sectores estratégicos de la economía, "dejando atrás las políticas neoliberales".
Firman el manifiesto los secretarios generales de ELA, CIG, LAB y CSC, Mitxel Lakuntza, Paulo Carril, Garbiñe Aranburu y Carles Sastre, respectivamente.
