Elecciones en el País Vasco

PNV y Bildu-ETA empatan a escaños pero Pradales será lehendakari con el apoyo del PSOE

PNV y Bildu protagonizan un reñidísimo escrutinio y empatan con 27 diputados

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Recuento de infarto en el País Vasco. PNV y Bildu han empatado en escaños (27) en las elecciones celebradas este domingo pero apenas 30.000 votos dan opciones al primero de formar gobierno. Los peneuvistas lograrán retener el poder con un pacto con el PSOE (12), su socio en las últimas legislaturas, e Imanol Pradales será lehendakari, aunque el resultado es devastador para una fuerza que ha sido hegemónica en democracia. El partido de Arnaldo Otegi -condenado por terrorismo y con un jefe de ETA, David Pla, como líder estratégico- confirma su auge, alimentado en gran medida por las cesiones arrancadas a Pedro Sánchez en las últimas legislaturas. Por primera vez en su historia, los herederos del brazo político de la banda terrorista, que nunca han condenado la violencia etarra, han acariciado el poder y confirman sus grandes posibilidades de intentarlo en un futuro.

El escrutinio ha sido tan reñido como habían anticipado todos los sondeos. PNV y Bildu se han ido alternando la victoria hasta que, finalmente, la diferencia de papeletas se ha decantado en favor del primero. El resultado confirma la enorme igualdad entre las dos grandes fuerzas nacionalistas en el País Vasco y la amenaza que representa Bildu. Los de Otegi crecen seis escaños -y más de 84.000 papeletas- en relación a las elecciones de 2020 y ponen en jaque a un partido como el PNV que ha gobernado siempre en el País Vasco en democracia, a excepción del periodo de 2009 a 2012, cuando lo hizo el PSOE pese a haber quedado segundo. Los peneuvistas resisten, sí, pero a duras penas: pierden cuatro escaños y cerca de 13.000 votos en cuatro años y superan por la mínima una agónica pugna con los proetarras. Duro despertar para un partido que se creía inmortal.

Lejos de la mayoría absoluta -38 escaños-, el partido de Andoni Ortuzar -que ha apostado esta vez por sustituir al lehendakari Iñigo Urkullu por un desconocido Imanol Pradales- logrará retener así el gobierno autonómico gracias a su pacto con el PSOE de las últimas legislaturas. El resultado es el más digerible para los socialistas, que temían verse en la tesitura de pactar con Bildu si este partido resultaba el ganador, como avanzaban los sondeos. El PSOE es tercera fuerza con 12 escaños (dos más que en 2020) y se confirma como partido llave. Con estos datos, PNV y PSOE podrían reeditar su coalición y alcanzar la mayoría absoluta ya que la suma de los dos asciende a 39 representantes.

Mientras, el PP consigue siete representantes, uno más que en 2020 (el partido liderado por Javier de Andrés logra crecer más de 35.000 votos), Vox mantiene su escaño, Sumar entra por la mínima en el Parlamento con un representante y Podemos desaparece de la Cámara vasca. El resultado es devastador para el partido fundado por Pablo Iglesias, que pierde seis escaños y deja en la irrelevancia al espectro ideológico a la izquierda del PSOE.

Pactos

Los pactos postelectorales han condicionado una campaña muy reñida, en la que todos los candidatos habían alertado de las intenciones del adversario. El cabeza de lista del PNV, Imanol Pradales, consideró estos días que «lo natural» sería conformar un gobierno con el PSOE, sin embargo, ante el auge de Bildu, avisó que es Pedro Sánchez quien finalmente tomará la decisión y que el líder socialista «es una persona que cambia mucho de opinión».

Por parte del PSOE, Eneko Andueza había asegurado que su formación no facilitaría el gobierno de Bildu «en ningún caso», si bien cabe recordar las numerosas ocasiones que Sánchez prometió no pactar con la formación de Arnaldo Otegi y finalmente sí lo hizo.

La campaña estuvo marcada en sus últimos días por las palabras del candidato de Bildu, Pello Otxandiano, quien se negó a calificar de terrorista a ETA, tachándola de «grupo armado». El Gobierno, que ha convertido a la formación proetarra en su socio preferente, criticó esa afirmación, aunque Sánchez ha confirmado que seguirá confiando en los de Otegi para gobernar.

«Hablamos con todos los grupos parlamentarios salvo con uno, que es Vox», avanzó el líder del PSOE, el viernes, en rueda de prensa desde Bruselas. Bildu es un socio de primer orden para el Gobierno. De hecho, facilitó con su voto la investidura del presidente socialista y ha apoyado numerosas iniciativas legislativas de gran relevancia para su partido.

Las elecciones de este domingo avanzan un panorama incierto, con el nuevo Estatuto vasco entre los grandes desafíos. El acuerdo entre el PSOE y el PNV para la investidura de Pedro Sánchez incluye el «reconocimiento nacional» del País Vasco, y los peneuvistas ya presionan para que el líder socialista reconozca también el autodenominado «derecho a decidir».

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