Unas 15.000 personas se manifiestan en Pamplona y aseguran, un año más, que comienza su camino hacia la independencia.
Unas 15.000 personas según los organizadores, 10.000 según la Policía Municipal, han participado hoy en el Aberri Eguna que la red Independentistak, con el apoyo de Bildu, ha organizado en Pamplona. Estas cifras suponen una menor asistencia que en otras ocasiones, a pesar de que el día acompañaba con un sol resplandeciente y una temperatura que rondaba los 13 grados.
Nada nuevo en el mensaje de los convocantes. La Independencia es la solución a todos los problemas, al paro, a la crisis económica, a los conflictos laborales, a los problemas sociales… De hecho, como aseguran cada año, con el Aberri Eguna comienza el camino hacia la independencia. “Queremos romper las ataduras de Madrid y también de París”, ha asegurado el portavoz de Independentistak, Txutxi Ariznabarreta.
El portavoz de Sortu, Pernando Barrena ha dado, además, la bienvenida a otras fuerzas que se suman a la celebración del día de la Patria Vasca, en referencia a Podemos, que en el País Vasco se ha sumado a la celebración para pedir el derecho a decidir.
La bienvenida ha ido más allá para los organizadores. “Quiero enviarles un mensaje a todas esas personas que llegaron a Euskalherria en los años 50, 60 y 70, sobre todo de la península ibérica: de Castilla, León, La Mancha, Galicia, Extremadura, Andalucía” y también a los que han venido de otros países. “Todas y todos juntos vamos a construir, desde la diversidad, un futuro en democracia, justicia social, igualdad y libertad”.
En el campo más anecdótico, a pesar de que había una gran expectativa al respecto, entre los asistentes no se ha visto al dirigente de Sortu, Arnaldo Otegi. Sí han estado otros representantes del partido abertzale como Rufino Etxeberria, Joseba Álvarez o el citado Pernando Barrena.
Al paso de la manifestación por la avenida del Ejército, unos desconocidos han prendido unos botes de humo con los colores de la bandera española. Pero los asistentes no les han hecho el menor caso. Tan sólo se han escuchado algunos silbidos.
