Marisa de Simón logra por menos de tres decenas de papeletas obtener el 3% necesario para no quedar expulsada de la Cámara foral.
El cómputo del voto desde el extranjero y el recuento de las mesas que faltaban por introducir en la cifra total del escrutinio de las pasadas elecciones del domingo ha mantenido en vilo a la candidata de I-E, Marisa de Simón, que hasta el último momento ha estado al borde de no llegar al 3%.
Ese porcentaje de votos es el necesario para superar la barrera de entrada al Parlamento de Navarra, una cifra que el domingo consiguió la formación de De Simón, que se quedó precisamente en ese 3%, a la espera de contabilizar estos últimos votos.
Finalmente, I-E ha obtenido 10.472 votos, 27 papeletas más del 2,99% de los votos que la habría dejado fuera de la Cámara foral, tal y como le ocurrió a su candidata para la alcaldía de Pamplona, Edurne Eguino, que fue desalojada del Ayuntamiento de la capital navarra al no obtener la cifra necesaria (en este caso, del 5%, al tratarse de un consistorio).
De Simón, coordinadora general de IU, ha considerado este miércoles importante para la izquierda que finalmente la Junta Electoral haya confirmado su escaño. "Ya ha terminado, I-E sigue en el Parlamento de Navarra", ha dicho, antes de añadir que es un motivo de "enhorabuena, a pesar de que los resultados electorales no son buenos ni para nosotros ni para la izquierda en general".
En este sentido, ha apuntado que mantener este escaño es importante porque supone que la izquierda conserva "una voz institucional", al tiempo que es "fundamental" para su coalición mantener este espacio de representación.
Tanto Eguino en Pamplona como De Simón en el Parlamento han sufrido una gran bofetada electoral, puesto que, aunque I-E solo ha contabilizado en Navarra 10 votos menos que en las elecciones del 2015, la participación en ese año fue de cuatro puntos porcentuales inferior. Esto quiere decir que I-E ha cosechado menos votos incluso después de haber aumentado el número de votantes.
NAVARRA SUMA DA LA VUELTA AL PARLAMENTO
En el otro extremo del Parlamento se coloca Navarra Suma, que, al haber arrebatado a Bildu un parlamentario (la coalición formada por UPN, Ciudadanos y PP se queda con 20, y los abertzales, con 7), ya tiene más parlamentarios que todo el cuatripartito junto.
La diferencia es notable, debido a que la coalición de centroderecha se ha hecho con 20 parlamentarios, mientras que las cuatro formaciones que han estado gobernando durante estos últimos cuatro años (Geroa Bai, con 9; EH Bildu, con 7; Podemos, con 2; e I-E, con 1) se han quedado con 19.
En los comicios del 2016, los cuatro partidos reunieron 26 escaños (9 de Geroa Bai, 8 de Bildu, 7 de Podemos y 2 de I-E), mientras que UPN sacó 15 y el PP, 2. Este enorme cambio en la Cámara foral evidencia la meridiana decisión que han tomado los ciudadanos navarros, que han rechazado en las urnas la terrible gestión del nacionalismo vasco, con un gobierno enmarcado en una agenda nacionalista llena de imposiciones y sectarismo.
