En cambio, el Gobierno central habla de "disimulo de la derrota de ETA" y defiende que no habrá "trato de favor" para los terroristas.
El Gobierno de Navarra se ha mostrado contento por la consumación del supuesto desarme total de la banda terrorista ETA, mientras el Gobierno de España lo califica de una operación mediática "para disimular su derrota" e "intentar sacar un rédito político de la misma".
El Ejecutivo de Barkos se congratula "de la confirmación de la entrega de los arsenales de armas de ETA a las autoridades francesas". Consideran que el desarme era un asunto "incontestable" y demandado por la ciudadanía y que abre ahora un tiempo "en el que no hay espacio para las políticas de excepción".
En cuanto a la reunión que mantuvo en secreto con los verificadores internacionales y con el lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente de la Mancomunidad Única de Iparralde, Jean-René Etchegaray, y que se dio a conocer este pasado viernes, el Gobierno del cuatripartito justifica trataba de que el proceso de la supuesta entrega de armas "fuera llevado a cabo con rigor, de forma legal, total, definitiva y verificable".
Consideran desde el Ejecutivo que el desarme es necesario para "dar respuesta al deber de memoria que toda sociedad democrática tiene para con quienes han sufrido la injusticia de la violencia" y consideran que ya "no hay espacio para las políticas de excepción", apostando por una nueva política de cara al trato hacia los terroristas que ni siquiera han pedido aún perdón a sus víctimas.
El Gobierno de Barkos habla de responder al "derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación" y para ello asegura que hay que "mirar críticamente" al pasado, sin especificar más.
EL GOBIERNO DE ESPAÑA HABLA DE OPERACIÓN "PARA DISIMULAR LA DERROTA DE ETA"
Poco tiene que ver el comunicado del Gobierno de Navarra con el que el Gobierno central ha valorado el anunciado desarme de ETA, que desde Madrid califican como una operación mediática "para disimular su derrota" e "intentar sacar un rédito político de la misma".
El Ejecutivo ha rehusado hacer ninguna valoración sobre el armamento entregado por ETA y sobre su integridad hasta que éste haya sido analizado por las autoridades y la justicia francesa, de acuerdo con la legalidad vigente.
Y, como han subrayado sus miembros desde que se anunciara el desarme, ha reiterado que los terroristas de ETA no pueden esperar ningún trato de favor del y "mucho menos impunidad a sus delitos". El Gobierno ha manifestado que la banda terrorista está "operativamente derrotada, sin futuro y con sus dirigentes en prisión".
"La única respuesta lógica a esta situación es anunciar su disolución definitiva, pedir perdón a sus víctimas y desaparecer, en vez de montar operaciones mediáticas para disimular su derrota e intentar sacar un rédito político de la misma", ha añadido.
En su opinión, lo ocurrido este sábado no es más que la consecuencia de la derrota "definitiva" de ETA por la democracia española, "con las armas de la ley, la unidad política y la cooperación internacional, así como por la eficacia y entrega de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado". Por ello, ha recalcado que "los terroristas no pueden esperar ningún trato de favor del Gobierno y mucho menos impunidad a sus delitos".
Y ha garantizado que seguirá velando por el cumplimiento de la ley y la seguridad de los ciudadanos, así como "por el respeto y el homenaje a las víctimas del terrorismo, cuyo testimonio ha sido fundamental en la derrota de la banda terrorista y así debe seguir siendo en el futuro".
