El nuevo presidente regionalista hace autocrítica, reconoce errores y asume que tienen que recuperar los 20.000 votos perdidos en las autonómicas.
El presidente de UPN, Javier Esparza, que sustituyó a Yolanda Barcina al frente de la formación regionalista en la asamblea del pasado 27 de septiembre, ha asegurado que no se ha encontrado un partido "muerto" o "desilusionado", aunque ha hecho autocrítica y ha admitido errores.
En una entrevista con Efe, el parlamentario y exconsejero del Gobierno de Navarra ha afirmado que UPN, ahora en la oposición, es un partido "vivo", que a su juicio no atraviesa una crisis y que en la asamblea extraordinaria, en la que 1.400 afiliados pudieron votar a tres candidatos, dio "un ejemplo de normalidad democrática".
Ha hecho además una valoración positiva de los años de presidencia de Barcina, una etapa que ha estado "muy marcada también por la propia acción de Gobierno", desarrollada en una situación económica "muy difícil".
Tampoco ha considerado que en UPN haya un "sector crítico", aunque "puede haber posiciones distintas sobre algunos temas", sobre los que habrá que "debatir de forma interna", porque en este momento en el partido "todo el mundo quiere ayudar".
En ese sentido, ha explicado que, tras perder 20.000 votos en las elecciones (de 111.000 a 92.000 apoyos) se ha hecho autocrítica en el ámbito interno, "que es donde se tienen que hacer las cosas".
Tras resaltar que los 20.000 votos perdidos por UPN se han ido a Geroa Bai y a Ciudadanos y "otros se han quedado en casa", Esparza ha reconocido "sin ninguna duda" que el partido ha cometido errores.
Esparza ha subrayado que, antes de las elecciones, todo lo que significaba "poder establecido" estaba "maldito" y en ese contexto "se ha difamado y se nos ha tildado con auténticos disparates y luego era todo mentira", aunque también ha admitido que "igual no hemos sabido escuchar en momentos puntuales determinadas posiciones" y "seguro que nos hemos confundido en temas concretos".
Por este motivo, ha aseverado que su apuesta como máximo dirigente de UPN pasa por "hacer política desde la humildad, desde el reconocimiento de que uno no tiene la verdad absoluta".
Al respecto, ha apuntado que el militante de base está pidiendo una posición "contundente" en los temas esenciales para UPN, pero al mismo tiempo que no se sitúen "en el no a todo" y que se apoyen iniciativas del Gobierno que sean "buenas para los navarros".
En todo caso, ha atribuido la pérdida de poder municipal de UPN al hecho de que Geroa Bai, Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, "allí donde sumaban, han hecho una plataforma para sacarnos. Ya ni es el programa, el objetivo era echar a UPN del Gobierno, de los ayuntamientos, y ese ha sido su objetivo principal".
Tras la asamblea extraordinaria, UPN tiene pendiente la celebración de un Congreso que se convocará en el primer semestre de 2016 y en el que se llevará a cabo una revisión de las ponencias ideológica, estatutaria y programática.
"No vamos a cambiar nuestras ideas, que nadie se vuelva loco. Vamos a seguir siendo lo que somos, porque nos sentimos muy orgullosos de nuestra manera de pensar. Otra cosa es que haya cuestiones concretas que podamos modular", ha aseverado.
Desde el punto de vista estatutario, probablemente se decidirá que el próximo candidato o candidata a las elecciones forales se elija en un proceso de primarias.
En relación al Gobierno de Navarra, sustentado por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, ha hecho un balance "negativo" de su gestión, en la que está primando ya "el tema identitario", porque "la razón de ser que tiene un proyecto nacionalista en Navarra es la incorporación a Euskadi. A partir de ahí, Euskal Herria y separarnos de España. Ese es el recorrido, esa es la hoja de ruta".
"Si la presidenta Barkos pudiera hacer que Navarra dejara de ser Navarra y se incorporara a la CAV lo haría ya", ha dicho Esparza, que ha considerado que, si no se va a activar la disposición transitoria cuarta, es porque en el Gobierno "entenderán que no va a salir", porque "el 75 % de los navarros ha dicho en encuestas que quiere seguir siendo navarro".
El nacionalismo "no tiene prisa, irá dando paso a paso, día a día, gota a gota, caminando en la dirección de integrar a Navarra en el País Vasco", ha resaltado.
Esparza ha defendido proyectos que van a ser revisados, como el TAV, el Canal de Navarra y el PAI y ha rechazado la reforma fiscal al entender que supondrá una subida de impuestos: "A todos los navarros nos van a bajar el sueldo".
El presidente de UPN, que ha comentado que Uxue Barkos es la presidenta mejor valorada pero sólo tiene "53.000 votos en Navarra", ha opinado que el cuatripartito probablemente se mantenga pese a tener "muchas tensiones" internas, a no ser que alguno de los socios se salga del acuerdo "por una previsión electoral".
De hecho, ha añadido, Podemos e I-E parecen haber dado "un cheque en blanco" a Barkos, "una presidenta que se define abertzale".
Esparza ha sido también muy crítico con Ciudadanos por cuestionar el régimen foral de Navarra desde una posición política de "populismo", ya que su líder, Albert Rivera, habla sobre este tema "desde el desconocimiento y faltando a la verdad, mintiendo".
Tras rechazar que el régimen foral navarro sea "un privilegio", Esparza ha estimado que este debate se ha abierto en España porque hay comunidades que prometieron "lo que no está escrito" y ahora que "no pueden cumplir" por falta de financiación, intentan meter a Navarra "en el lío".
