Los regionalistas no han recibido propuesta escrita del PP y los populares dicen que hay tiempo hasta el viernes.
Ni para adelante, ni para atrás. Por el momento. Las conversaciones para reeditar una coalición entre UPN y PP se encuentran en punto muerto. Una legislatura entera para evaluar y examinar el pacto de 2011 y ambos partidos han llegado a la fecha límite sin tener muy clara la situación actual.
Desde el PP ya han reconocido que quieren el acuerdo y preservar así 2 diputados para Rajoy, que cuenta cada escaño como oro. Desde UPN, dicen, no terminan de conocer qué quiere el PP. Hace 4 años, el pacto exigía que UPN apoyara la investidura de Rajoy, además de los presupuestos.
UPN quiere ahora más libertad. Investidura, y punto. Y, por supuesto, decidir el nombre de las dos personas que irían en la lista con opciones de ser elegidas. Otro escollo más porque el PP no renuncia a tratar de elegir uno de los puestos.
Desde el PP señalan que hay que hablar de más cosas, no sólo de puestos. "Hay muchos ámbitos que hay que trabajar y examinar, así que cualquier escenario es posible de aquí a viernes", matizan en el PP de Navarra.
Los dos partidos apuestan por el entendimiento, pero la falta de fluidez en sus relaciones puede frustrar el acuerdo. José Javier Esparza reclamó el lunes conversaciones directas con la cúpula del PP en Madrid. De presidente a presidente, como se hizo en anteriores ocasiones entre Rajoy y Barcina. Ahora, nadie de la dirección nacional de Génova ha mantenido relación directa con Esparza, nuevo presidente de UPN. Y es algo que molesta.
Fuentes del PP mantienen que harán llegar a UPN una propuesta por escrito, pero se recrean con el plazo.
El viernes los regionalistas han convocado a su consejo político, donde se expondrá la situación y se someterá a votación qué decisión final tomar. Y ambos partidos juegan con las 72 horas, los tres días que restan hasta las 19.30 horas del viernes para su fijar estrategia.
"El viernes se acaba todo. Sea lo que sea ya será inamovible", aseguran en UPN.
