• jueves, 28 de marzo de 2024
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TERRORISMO

Barkos y Urkullu ya hablan sobre beneficios para los presos asesinos de ETA en una cita conjunta en Bertiz

Instantes después de la disolución quieren promover un grupo de trabajo sobre política penitenciaria entre los gobiernos navarro, vasco y español.

La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, y el lehendakari, Iñigo Urkullu, realizan una declaración institucional ante los medios de comunicación tras haberse producido el anuncio de disolución de ETA. PABLO LASAOSA
La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, y el lehendakari, Iñigo Urkullu, realizan una declaración institucional ante los medios de comunicación tras haberse producido el anuncio de disolución. PABLO LASAOSA

Sólo unas horas después de que ETA haya teatralizado su desaparición con el apoyo de la izquierda abertzale, los dos presidentes del PNV del País Vasco y de Navarra, Íñigo Urkullu y Uxue Barkos, ya han puesto sobre la mesa beneficios para los presos asesinos vascos. 

Ambos han hablado ya de encontrar algún "consenso sobre adaptación de la política penitenciaria" al nuevo contexto que alcance a todas las fuerzas políticas, en una clara referencia sin nombrarla al fin de la dispersión. 

Barkos y Urkullu han mostrado también su "compromiso" de construir sobre la "memoria crítica" una convivencia social tras la desaparición de ETA formalizada, que han acogido con "alegría", "esperanza" e "ilusión".

Así lo han trasladado ambos ante los periodistas en un acto celebrado en el Señorío de Bértiz, donde han hecho público un documento de trabajo acordado de forma conjunta en el que consideran que "se dan las condiciones para acordar los pasos que consoliden una nueva etapa en nuestra sociedad".

Conscientes del "carácter histórico" de la declaración de ETA, el Gobierno de Navarra y el Gobierno Vasco asumen así una serie de compromisos para "consolidar la convivencia", entre ellos a corto plazo una "reflexión crítica" sobre el pasado y un "consenso sobre adaptación de la política penitenciaria" al nuevo contexto que alcance a todas las fuerzas políticas.

A medio plazo, la "consolidación de una memoria plural y compartida", las políticas públicas de "reconocimiento y reparación de todas las víctimas de terrorismo" y la promoción de una "educación para la convivencia", son otras propuestas.

En cuanto a los compromisos, ambos gobiernos acuerdan promover una declaración "crítica y global" sobre el pasado que, incluyendo la violencia de ETA, sea compartida por todas las fuerzas políticas, y además promover un grupo de trabajo sobre política penitenciaria entre los gobiernos navarro, vasco y español.

El acto, en el que ambos presidentes han leído en euskera y castellano sendas declaraciones ante los periodistas durante 15 minutos, ha comenzado con la intervención de Uxue Barkos, quien tras el "período histórico oscuro, marcado por la violencia y el dolor", ha asegurado que las instituciones van a trabajar "por que hoy comience un nuevo tiempo".

 

Sin olvidar el "dolor y pérdida irreparables" sufridas por "víctimas de una violencia injusta e injustificable", la presidenta ha subrayado que ETA "nunca debió existir porque nunca nadie debió creer que podía tomar las armas para atacar a otras personas en la supuesta defensa de una idea o proyecto".

Ahora, sin embargo "ha llegado el momento de avanzar en una memoria crítica del pasado que reconozca el carácter injusto e injustificable de la violencia" y "no caer en la injusticia del olvido o la desmemoria", ha señalado para defender que "la memoria es, sobre todo, una cuestión de futuro", relacionada con la "transmisión de una cultura de paz a nuestros hijos" y con que "las víctimas no puedan caer en el olvido".

"La memoria es la base sobre la que construir una convivencia pacífica en una sociedad más ética, más justa y más democrática que dé respuesta a la reparación integral a la que tienen derecho las víctimas", ha dicho Barkos, quien ha pedido que esta memoria se sustente en "los Derechos Humanos y la dignidad humana como elementos incuestionables e invulnerables, incluida la superación de la excepcionalidad en las políticas penitenciarias".

La presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, con el lehendakari, Iñigo Urkullu, tras la disolución de ETA. MIGUEL SANTIAGO

En este punto ha lamentado que el comunicado final de ETA no ha tenido "una mirada ética y crítica a las consecuencias de su acción, reconociendo la injusticia del daño causado a todas las víctimas, a todas ellas sin excepción".

Sin embargo, sí "marca la dirección de un nuevo tiempo" en el que la "responsabilidad" de todos es "convertir la tragedia del pasado en esperanza de futuro a partir de esa memoria justa y verdadera", algo en lo que, junto a la convivencia, ha reiterado su "compromiso" como presidenta de Navarra "con convicción, ilusión y esperanza".

A continuación, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha coincidido en valorar con "alivio y alegría" el "hecho histórico" vivido este viernes que "ha costado demasiado tiempo" y sobre todo en reivindicar la "memoria del injusto daño generado", así como la crítica a la indiferencia de ETA hacia las víctimas en su último comunicado.

De ellas ha dicho que "son hoy sujetos y partícipes principales de este logro democrático de la sociedad, sus instituciones, la política y los derechos humanos".

La "esperanza" ha sido otra de las emociones que ha trasladado Urkullu, en relación a una "convivencia integrada e integradora, justa y con memoria", al tiempo que ha recordado a "tantas y tantas personas, entidades sociales, partidos políticos e instituciones" que con "esfuerzo" han trabajado mucho tiempo por la paz.

La "ilusión" de poder compartir con los jóvenes una "aspiración largamente ansiada y necesitada por nuestros mayores: vivir en paz" ha dado paso a la apuesta de Urkullu por el "compromiso" para seguir trabajando por la "convivencia", el objetivo del documento de compromisos y propuestas presentado.


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