Ha jugado este sábado su último partido como pelotari profesional en el frontón Galarreta de la localidad guipuzcoana de Hernani.
El remontista navarro Koteto Ezkurra se despidió este sábado como pelotari profesional tras una carrera de 28 años, emocionado y agradecido tras disputar su último partido en el frontón Galarreta de la localidad guipuzcoana de Hernani.
"Ha llegado el momento. Es increíble", dijo el remontista navarro tras el partido que, junto con Etxeberria III, disputó ante Zeberio II-Ion, con victoria de estos últimos por 35-40. Es el adiós a mi querido Galarreta, pero siempre estaréis en mi corazón. Muchas gracias y hasta siempre", manifestó Koteto a los asistentes desde la cancha guipuzcoana.
"Quería despedirme como soy" cantando y Koteto Ezkurra se despidió emulando a Jose Alfredo Jimenez y su inolvidable 'El Rey' y el ya clásico final 'Sigo siendo el rey'. Y demostró que es el verdadero monarca del remonte. Una corona para toda la vida. Y tuvo una despedida inmejorable y que envidiarían muchos reyes.
Había que estar en Galarreta, era un día histórico y la gente no se lo quiso perder. El frontón Galarreta estaba lleno a rebosar, más de 1.200 personas daban un calor y una imagen inmejorable para despedir a Koteto Ezkurra. Todo salió a la perfección y hubo momentos emocionantes, divertidos, hermosos, brillantes, artísticos...todo en consonancia con la persona y el deportista al que se rendía pleitesía, la misma que le hizo Zeberio, cuando hacía el último tanto para ganar 35-40, junto a Ion, ante Ezkurra y Etxeberria III.
Y después comenzó la tercera parte del homenaje, el más emocionante con dos videos donde aparecían diferentes personajes del remonte, pelota, vida social, amigos, familiares... Los regalos llegaban uno tras otro con palabras de Ezkurra antes y después de los mismos. "Esto es la hostia" resume bien lo que sentía el protagonista.
Todo eran palabras de agradecimiento y más cuando vio bailar a su hija Maialen Ezkurra y su sobrina Elena Zabala. Fue un momento que puso la piel de gallina a todos los presentes.
Nada más terminar Koteto abrazaba a su hija, una imagen tierna y hermosa que resume lo que ha sido Koteto, amado, querido y que al margen de jugar como los elegidos por los dioses a la pelota será recordado como único por trasmitir unos valores humanos envidiables.
El pelotari navarro, que debutó como profesional a los 16 años, se despidió como profesional a los 45 años con 11 txapelas individuales y 5 en el campeonato parejas. Tras su último partido en el Galarreta será homenajeado en una cena popular en Santesteban. EFE.
