El frontón pamplonés alardeó este miércoles de vatios para iluminar la meritoria clasificación de Salaberria-Garmendia para la final de Promesas.
Sin excesivos entresijos, ni florituras. Sin grandilocuentes detalles. Así de descarnada fue la victoria (22-19) de los juveniles Julen Alberdi y Markel Gartzia sobre Gutiérrez-Oliden este miércoles en el Labrit. La pareja guipuzcoana se clasifica así como los primeros juveniles en asegurarse su presencia en la final del V Torneo Muebles Polque del día 22.
Un triunfo que, no obstante, quedó rendido a las incertidumbres iniciales y a un empate a 19 que sirvió para que los cuatro contendientes apretasen los dientes. El riojano Gutiérrez tuvo motivos para quedarse insatisfechos porque, durante 58 minutos, fue capaz de marcar las alternativas en largo, también el ritmo con su juego de aire, y trabajar muchas de las oportunidades que dejó escapar.
Protagonismo adquirido ante un Alberdi intimidado, fuera de escena, y merced a un Oliden que pasó apuros con cada pelota que lamía la pared izquierda. Sólo Gartzia fue capaz de aguantar el tipo a dos manos, buscando el sitio a cada pelota en la zaga.
La vistosidad de Gutiérrez le permitió revertir un adverso 14-6 por medio de un parcial de 2-10. Tacada que pese a concederles una segunda oportunidad hasta el 19-19 no fue suficiente para evitar que tres errores otorgasen el pase a la final a sus rivales Alberdi-Gartzia.
El frontón Labrit alardeó este miércoles de vatios para iluminar la meritoria clasificación de Salaberria-Garmendia para la final promesas del V Torneo Muebles Polque. La dupla de promesas arrebató el sueño de ser finalistas a unos Canabal-Alduntzin que no renunciaron a sus cuotas de protagonismo desde una inspiradora defensa y el favor de la cátedra.
Iker Salaberria, a sus 19 años, fue el artífice de una ofensiva inteligente y medida que generó los huecos más necesarios como la apertura de izquierda que supuso el 19-9. La diferencia más amplia en el marcador. Al igual que en su debut en el torneo, el de Goizueta se convirtió de nuevo en la nota discordante de un partido intenso que halló en Canabal un rival que aceptó el pulso sin miramientos.
Garmendia, por su parte, apretó los machos a Alduntzin, quien hizo lo imposible por mantener el control con un acertada defensa de aire. Sin embargo, la dupla navarra vio cortadas sus alas tras una trayectoria que captó adeptos en sus tres eliminatorias.
