UPN denuncia las molestias ocasionadas a vecinos y religiosas del convento y critica que el alcalde de Bildu se pliegue a los intereses de un colectivo ligado a su formación.
El grupo municipal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona se ha mostrado “absolutamente contrario” a la cesión de la Plaza Recoletas a Gora Iruñea como espacio festivo en San Fermín, “lo que se viene haciendo los últimos tres años a pesar de la existencia de informes técnicos desfavorables por las molestias causadas a vecinos y religiosas Agustinas Recoletas que habitan en dicha plaza”.
Por ello, van a presentar una declaración en la próxima reunión de la Comisión de Ciudadanos con el objeto de que se renuncie de manera definitiva a ceder la plaza y evitar que sea “un macro espacio festivo”.
Los regionalistas tienen claro que, con esta cesión, “el equipo de gobierno, con el alcalde de Bildu, Joseba Asirón a la cabeza, se ha plegado a los intereses de Gora Iruñea, colectivo ligado ideológicamente a su formación política, pasando por encima de los derechos de los vecinos y de los pamploneses”.
“La utilización de la Plaza de Recoletas como espacio central de la fiesta paralela que organiza Gora Iruñea para los suyos es una de las condiciones que siempre impuso este colectivo en la Mesa de los Sanfermines”, han criticado los regionalistas, para quienes, además, “es una cesión hecha a medida, pactada y negociada con ellos mediante el ‘ropaje jurídico’ al que nos tiene habituado este equipo de gobierno”.
Según UPN, “esta plaza es un rincón entrañable y tranquilo, con una riqueza patrimonial digna de ser mostrada”. Y destacan como elementos el Convento de las Recoletas del siglo XVII, la fuente del siglo XVIII, la Casa de los Capellanes y la Iglesia con la Capilla de San Fermín, que atrae a miles de visitantes durante los Sanfermines.
“Toda esta riqueza queda oculta tras un enorme escenario, txoznas, hileras de baños públicos, camiones descargando, ruido ensordecedor durante el día y la noche. Invaden, además, de manera abusiva e irrespetuosa la vida e intimidad de las religiosas de la plaza a las que se les cierra prácticamente la entrada y salida a su convento”.
Por todo ello, los regionalistas anuncian que “en el futuro, si UPN tiene la responsabilidad de gobernar, esta plaza quedará para uso y disfrute de los pamploneses y visitantes y no volverá a ser cedida para esos fines”.
