El símbolo que presidía la confluencia de las calles Cortes de Navarra y San Ignacio ha sido derribado como parte final de la demolición del inmueble.
Tras varias semanas de derribos, los cines Carlos III ya son historia.
La enorme S que presidía el edificio en la confluencia de la calle Cortes de Navarra y la avenida San Ignacio ha sido derruida este viernes por la mañana, borrando del paisaje urbano de la capital este logo que había servido como atalaya durante décadas.
La compañía Erri Berri ha procedido este viernes a mediodía a derribar la esquina del edificio que acogía oficinas, un restaurante y las míticas salas de cine.
Los transeúntes que han pasado por la zona no han dudado en inmortalizar el momento y detenerse durante unos instantes para grabar y fotografiar con sus teléfonos móviles la caída de la S.
Así ha caído el logo de Saide que sirvió de Atalaya de las últimas salas de exhibición del centro de Pamplona.
Con ayuda de una grúa y una lona protectora para evitar que los cascotes cayesen sobre la calzada, se ha ido derribando poco a poco la esquina del inmueble en unas labores que se han extendido durante horas.
Ha sido en torno a las 13 horas cuando la S de Saide se ha desprendido ante uno de los derribos de la fachada y ha caído. Se despide así uno de los símbolos más reconocibles del centro de Pamplona.
DE CINES A PISOS CON GRAN CONFORT
Los cines ya son historia y ahora, en el mismo solar, Construcciones San Martín levantará 46 viviendas en un edificio de 5 alturas, ático y 4 sótanos que contarán con 92 plazas de garaje, locales comerciales y trasteros.
Las nuevas viviendas contarán con 82,5 y 101,55 metros cuadrados de dos y tres dormitorios, con “alta eficiencia y confort”. Según el dossier de la compañía, los pisos de la avenida San Ignacio que sustituyen al lugar donde se ubicaba la famosa S contarán con "una luminosidad excepcional y unas vistas únicas".
El inmueble se construirá adosado al nuevo edificio de Zara, cuyas obras de adecuación también han comenzado para aglutinar las diferentes franquicias de la marca en un mismo edificio, y alcanzará su misma altura.
Con el cierre de los Saide y la demolición de su estructura, Pamplona dice adiós a las últimas salas de cine que quedaban en el centro de la ciudad.
