Los creyentes han alzado sus ramos, que han sido bendecidos por el Arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez González.
Cientos de familias se han congregado este domingo en las calles del Casco Antiguo de Pamplona para presenciar la procesión del Día de Ramos, que ha sido orquestada por la Hermandad de la Pasión y que ha recordado el pasaje bíblico de la entrada de Jesús en Jerusalén.
De esta forma, desde las 11.15 horas, una gran figura de Cristo sujetada por más de una decena de costaleros ha sido trasladada desde la calle Dormitalería, acompañada por los coros de un grupo de chiquillos de la Providencia, hasta el Palacio Arzobispal. En el paso también se ha podido ver, encabezando el trayecto, a un cabildo catedralicio y a un hombre que, montado sobre un burro blanco y rodeado por sus apóstoles, encarnaba a la figura de Jesús de Nazaret.
Una vez frente al Palacio Arzobispal, los creyentes han alzado sus ramos (y dada la ligera lluvia, sus paraguas también), que han sido bendecidos desde el balcón del edificio por el Arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez González.
Tras pronunciarse unas palabras, la comitiva ha reanudado la marcha y ha emprendido su camino hasta la Catedral de la capital navarra, que ha hecho sonar a todo volumen la campana María.
Finalmente, el recorrido ha concluido en la Catedral de Santa María la Real, en la que ha tenido lugar una misa, que se ha extendido hasta las 13.00 horas.
