La pastelería, situada en un local protegido de la calle Mercaderes, cuenta con elaborados productos para las personas con intolerancia al gluten y a la lactosa.
Tentacelia ha llegado a Pamplona para "endulzar" la vida de las personas celiacas.
Esta pastelería, situada en el número 21 de la calle Mercaderes, en el corazón de la ciudad, ha conquistado ya los paladares de las personas que sufren intolerancia al gluten y a la lactosas. Tentacelia abrió sus puertas el pasado 14 de agosto y está teniendo "una gran aceptación".
La pastelería se encuentra en la antigua farmacia de los hermanos Ondarra, un local que fue inaugurado en 1906 y cuyo mobiliario continúa intacto hasta hoy, ya que está protegido por el Catálogo Municipal de Pamplona.
El establecimiento cuenta con numerosos productos de bollería "apta para todos los públicos" como magdalenas, napolitanas, croissants, caracolas y palmeras, además de pan artesano.
CÓMO SURGIÓ
La idea de crear esta pastelería surgió cuando el maestro pastelero José María Lete Burgos (42), original de Zaragoza pero residente en Tudela, se reunió con sus otros dos socios, Jesús Martínez Lopez, un vecino de Alfaro de 54 años, y Bruno Lucas Ibáñez Millán, un zaragozano de 33 años de edad, para contarles esta propuesta con la intención de "que sus recetas llegaran a todos los públicos" y encontraron "este nicho de mercado" en Pamplona.
Bruno es el encargado de la tienda hasta el momento. El pastelero ha vivido durante muchos años en Estados Unidos y Barcelona y se ha dedicado a diferentes cosas a lo largo de su vida, pero entre todos los trabajos que ha tenido se queda con este por el "trato cercano con las personas". "La gente es muy agradecida y es muy bonito".
UN LOCAL DE 1906
Bruno recuerda con ironía la elección del local. "Estuvimos durante año y medio buscando un local y no dábamos con ninguno".
"La idea inicial era situarnos en Jarauta pero no nos llamaban demasiado la atención los que había. Un día caminando pasamos por aquí yéndonos para casa, nos fijamos en este local que estaba todo cerrado y nos interesó por el punto estratégico".
"Indagamos más y descubrimos que estaba para alquilar, que tenía mucho espacio. El proyecto inicial era también una cafetería peor tuvimos que sacrificar la idea porque no nos daban los permisos al ser un local antiguo, por las medidas de las puertas y el hecho de que no hay salida de humos".
"Este local de 1906 es una joya. Está valorado en 600.000 euros y esta protegido, por lo que no podemos modificar nada, cosa que tampoco queremos, porque es patrimonio de todos. Nos llena de alegría poder usarlo y haremos todo lo que podamos para conservarla bien", explica Bruno.
"El objetivo de la pastelería es poder llegar a todo el mundo pero en concreto a las personas celiacas para que no tengan que decir no a un postre o al pan de cada día".
"Muchos celiacos, intolerables o sensibles, debido a la mala calidad de la industria alimenticia, no pueden comer estos productos en su día a día". "Queremos cambiar esto y hacer algo más artesano, de antes y que lo puedan comer sin que se desmigue".
"Una de las cosas más bonitas es que las personas celiacas puedan celebrar su cumpleaños sin sacrificar comer tarta". "Hasta el momento en Pamplona hemos tenido mucha aceptación, hay gente que viene de diferentes lugares a comprar aquí".
"En la asociación navarra de celiacos son seiscientos pero también hay mucha gente que todavía no sabe que lo es". "Cada día salen nuevos casos, por mi experiencia en la tienda veo todo tipo de personas y de familias que están afectadas de alguna manera por la celiaquía, una enfermedad que está en continuo crecimiento".
"TENTACELIA"
"Tentacelia significa tentación celiaca". "La idea surgió en un encuentro entre socios, buscamos otros nombres como celicioso, celicious o delicatessen pero la mayoría estaban cogidos y nos pareció un nombre muy original".
Actualmente, están trabajando tres personas, que "se encuentran en el obrador realizando los pasteles y los panes" y ahora acaban de "contratar a una chica que se va a ocupar de la tienda". El obrador donde se elaboran los pasteles está situado en el barrio de San Juan, en la calle Monasterio de Irache número 23
Una clienta habitual desde que abrieron el establecimiento está "muy agradecida con la propuesta". Viene desde San Juan todos los días a por pan y pasteles. "Se agradece mucho que nos abran estos sitios a los que no podemos comer de todo", dice.
"Ojalá pudiese tener una televisión con los testimonios de los clientes" dice Bruno, "para que la gente supiera que lo bueno que digo de mis productos es verdad".
"Más allá del dinero, lo mejor es la satisfacción de los clientes, que vienen y te dicen con este pan siento que he vuelto a comer el pan de antes". "El dinero al final es un medio de intercambio pero lo que de verdad compensa son las palabras de la gente". "El obrador no es tienda por el momento pero está pensado que se haga en un futuro".
LOS PRODUCTOS ESTRELLA
Según Bruno, los productos estrella hasta el momento son el pan, que está "revolucionando a los clientes", además de "las napolitanas de chocolate y los croissants".
Bruno recalca que la idea "no es es tanto hacer productos nuevos" sino "elaborar los productos típicos de pastelería con una elaboración muy cuidada que hace que se conserven muchos días".
El 'chistoro' es el "único producto que no vas a encontrar en otras pastelerías": un rollo de hojaldre relleno de chistorra. "Todo lo demás ya existe lo que sí es nuestro es la composición y la receta diferente, productos de mejor calidad".
