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PAMPLONA

El Rey de la Faba vuelve: Pamplona recoge el testigo de una celebración que se remonta a la Edad Media

Los reyes navarros acostumbraban a ofrecer el día de La Epifanía (celebración de los Reyes Magos) una comida entre los niños más necesitados.

La concejala de Cultura e Igualdad, María García-Barberena, recibe el testigo para la celebración el año que viene de la ceremonia de coronación del Rey de la Faba. MIGUEL OSÉS
La concejala de Cultura e Igualdad, María García-Barberena, recibe el testigo para la celebración el año que viene de la ceremonia de coronación del Rey de la Faba. MIGUEL OSÉS

Pamplona acogerá el año que viene la ceremonia de coronación del Rey o Reina de la Faba. Será un año especial, pues la ceremonia cumple su centenario, después de que fuera recuperada en 1920.

Este sábado, a las 12 horas, en el patio de Civivox Condestable ha tenido lugar el paso de testigo para la celebración de esa ceremonia. La concejala de Cultura e Igualdad, María García-Barberena ha recibido ese testigo de manos de la alcaldesa de Viana, Yolanda González, localidad que ha sido sede de esa ceremonia en este 2019 en presencia del última Reina de la Faba, Juncal Quintana.

En el acto han intervenido Fernando Hualde historiador y persona que encarna el papel de Rey de Armas en la Fiesta de la Coronación, y Patxi Pérez, en representación de la Asociación Rey de la Faba y de la Peña Muthiko Alaiak, que organiza esta fiesta desde 1931. Este paso de testigo ha estado musicalmente amenizado por el Coro de la Peña Muthiko Alaiak.

La celebración del Rey de la Faba en Navarra se remonta a la Edad Media y se cree que fue introducida por la corte de los Teobaldos, procedentes de la región francesa de Champaña. Los reyes navarros acostumbraban a ofrecer el día de La Epifanía (celebración de los Reyes Magos) una comida entre los niños más necesitados. Quienes han asistido han recibido una porción de rosco, en el que previamente se había introducido un haba, y quien la encontraba al comérsela era proclamado monarca por un día.

Entre 1381 y 1439 se coronaron Reyes de la Faba en localidades como Pamplona, Sangüesa, Puente la Reina, Tafalla, Estella, Olite o Tudela. La fiesta se desarrollaba siempre en el lugar donde estuviera el soberano y, en su ausencia, la soberana.

La historia moderna del Rey de la Faba comienza en 1920. Ignacio Baleztena quiso recuperar fusionando en un solo acto la tradición del Rey de la Faba y de la coronación de los Reyes de Navarra, creando una nueva fiesta costumbrista. De esa forma, quien resultase agraciado sería sometido a una cuidada ceremonia de coronación al estilo de las que vivieron los monarcas navarros, aplicándosele el mismo ritual con el que Carlos III fue coronado en la Catedral de Pamplona en 1390.

Esa fiesta de 1920 tuvo lugar en el Círculo Carlista de la Plaza del Castillo de Pamplona y fue nombrado rey el hijo de un socio necesitado. Posteriormente, en 1932, se hizo cargo del evento la sociedad pamplonesa Muthiko Alaiak, fundada un año, que contó con el patrocinio, hasta su desaparición, de la Real Cofradía del Gallico de San Cernin. En aquellas primeras ediciones del siglo XX, se elegía a un niño de la Casa de la Misericordia que hubiera tenido buena conducta y que realmente lo necesitara.

Con la intención de dar mayor realce a la fiesta, en 1964 la sociedad Muthiko Alaiak decidió llevar la fiesta por distintos pueblos de Navarra, tal y como se hacía 600 años atrás. Es así como, desde entonces, cada año en una localidad de Navarra, y con una gran participación popular, se recrea fielmente todo el ritual histórico que acerca a la realidad de lo que un día fue el Reino de Navarra.


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