• viernes, 29 de marzo de 2024
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PAMPLONA

Una ola de grafitis inunda Pamplona y provoca en la ciudad una imagen de dejadez y suciedad

Calles de barrios como Iturrama o San Juan se han poblado de estas vandálicas pintadas que muestran la cara más descuidada de la capital navarra.

Grafitis en varias calles de Pamplona NAVARRACOM
Grafitis ensuciando varias calles de Pamplona. NAVARRA.COM

Pamplona se ha convertido en los últimos años en una ciudad en la que el vandalismo de los grafiteros se ha extendido por las calles de sus barrios sin que nadie ponga freno a sus actos, que ensucian las fachadas y locales comerciales, y que dan a la capital navarra una imagen de desidia y descuido.

No nos referimos al denominado arte urbano que ha convertido a diversas ciudades de todo el mundo en importantes puntos de destinos turísticos, en los que millones de viajeros recalan para admirar las composiciones de verdaderos artistas.

En el caso de Pamplona, en cambio, lo que ha proliferado de manera alarmante es la aparición de las conocidas como tags o firmas, grafitis que lo único que persiguen es destrozar la imagen de establecimientos o fachadas de la ciudad, con un nulo nivel artístico y sí un desmesurado afán de gamberrismo.

Aunque este fenómeno se ha dado, en mayor o menor medida, en todos los barrios de la capital navarra, algunos de ellos han sufrido mucho más en los últimos años la ignominiosa actuación de estos vándalos.

Estos grafiteros ensucian igual locales que se encuentran sin uso, y que aparecen con pintadas en los cristales de sus escaparates, como establecimientos en activo, en los cuales destrozan sus persianas o elementos de seguridad con alguna de sus firmas.

El resultado es que algunas de las calles de barrios como Iturrama o San Juan (dos de los más afectados por esta práctica vandálica) presentan multitud de grafitis, que generan una deplorable imagen de la ciudad.

COSTES ECONÓMICOS

El Ayuntamiento de Pamplona tomó cartas en el asunto hace dos años, pero solo centrándose en el Ensanche de la ciudad. En esa zona, se llegó a un acuerdo con la Asociación Ensanche Área Comercial para que entre los dos organismos se asumieran los costes económicos que ocasiona la limpieza de estas pintadas.

El consistorio llegó a reconocer en el año 2017 que la situación de los grafitis producía un impacto muy negativo de "dejadez y suciedad", una mala imagen que se trasladaba a los propios vecinos y a los turistas que venían a la capital navarra.

Sin embargo, la acción de los gamberros ha continuado ampliándose en los últimos años y ha convertido algunas de las calles de Pamplona en verdaderos puntos nefastos de civismo.

Según la normativa del Ayuntamiento de Pamplona, es competencia de los servicios municipales la retirada de las pintadas y carteles de las fachadas de los edificios públicos, de los elementos del mobiliario urbano y de los espacios públicos.

El problema surge cuando los grafitis se han colocado en negocios o en paredes interiores de edificios, en cuyo caso tienen que ser los propietarios y las comunidades de vecinos, respectivamente, los que se hagan cargo de costear la limpieza.


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