• jueves, 28 de marzo de 2024
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PAMPLONA

Los padres de las escuelas infantiles desmontan los datos cocinados por el Ayuntamiento sobre las inscripciones

Bildu considera un éxito que familias que quieren seguir en castellano se vean obligadas por la imposición de Bildu a estudiar en euskera. 

Javier Induráin, Ariadna García Prado y Amaya Casado, representantes de los padres de las escuelas infantiles afectadas. PABLO LASAOSA
Los padres afectados por las medidas de Bildu en una comparecencia anterior. PABLO LASAOSA

Las familias de las escuelas infantiles de Pamplona afectadas por la imposición de Bildu a obligarles a que sus hijos estudien en euskera han desmontado los datos cocinados por Bildu sobre las preinscripciones

Bildu ha considerado un éxito que se hayan cubierto las solicitudes nuevas de euskera, sin tener en cuenta que muchas familias, especialmente inmigrantes y personas sin recursos, siguen en las escuelas que escogieron en su momento por no poder moverse del barrio. 

En una carta abierta enviada a la concejal de Bildu Maider Beloki, señalan que los datos de las preinscripciones han estados "ocultos" durante las últimas semanas y que muchas de las cifras de las que ha tratado de presumir la concejal en la presentación no son exactas

La carta viene firmada por 93 padres y madres de estos centros escolares, que se han visto forzados a abandonar el centro en el que matricularon a sus hijos en castellano por el cambio sin consultar llevado a cabo por Bildu en Pamplona de la mano de Joseba Asirón

Los padres consideras que las medidas tomadas por el Ayuntamiento han sido tomadas "sin respeto por las elecciones hechas por las familias con niños ya escolarizados". 

A continuación, por su interés, reproducimos la carta íntegra enviada por las familias de las escuelas infantiles de Fuerte Príncipe, Donibane y Hello Rochapea

EN RESPUESTA A MAIDER BALOKI 

Ahora resulta que convertir Donibane y Fuerte Príncipe a euskera, a golpe de hachazo e interrumpiendo la escolarización de los niños y niñas que ya estaban dentro, incluso a aquellos con necesidades especiales, ha sido una buena cosa.  Y mover en triángulo a niños y niñas de la Rotxa  a la Chantrea y de la Chantrea a la Rotxa sin ningún motivo expreso (las familias aún estamos esperando a saber cuál fue el objetivo de movilizar a 287 niños en una triangulación absurda) también ha sido apropiado.

Todas las nuevas plazas en euskera se han llenado y tienen lista de espera, según Maider Beloki. El Ayuntamiento, astutamente, publica por separado su análisis de las encuestas realizadas del análisis de las propias preinscripciones (que han tenido ocultas bajo siete llaves hasta ahora, negándose a dárselas incluso a los directores de escuelas infantiles). La pregunta es ¿Por qué?

Y la respuesta probablemente es porque no les interesa que se crucen los datos obtenidos con las encuestas con los de las preinscripciones. Y no les interesa, porque así no tienen que explicar que al menos 26 de los niños de Donibane  se quedan en Donibane pero su preferencia no es el euskera sino el castellano, ni tienen que explicar que probablemente habrá niños que se han apuntado a Donibane, aunque en la encuesta hayan puesto que prefieren castellano.

Ni tampoco así tienen que explicar que la demanda de Donibane en euskera procede de otros barrios y deja insatisfecha la demanda mayoritaria en castellano de los vecinos del barrio de San Juan. Así tampoco tienen que explicar que casi el 30% de la demanda de Printzearen Harresi viene de fuera de la comarca de Pamplona  y no del barrio de La milagrosa en donde está situada la escuela, ni tampoco explican que hay familias que han apuntado a sus hijos en Printzearen Harresi en euskera porque viven en La Milagrosa, son inmigrantes y no pueden permitirse ir a otra escuela, pero en la encuesta han optado por el castellano.  

Tampoco nos dicen que este año Printzearen Harresi ofertó solo 101 plazas frente a las 112 que solía ofertar en castellano. El Ayuntamiento, además, tampoco explica que las 41 plazas a media jornada de la antigua Hello Rotxapea se llenaron por completo los dos años pasados en castellano con inglés (de hecho están completas a día de hoy) y sin embargo ahora se han quedado medio vacías al ofertarse en euskera.

Como tampoco aclara que la antigua Rotxapea, antes en euskera y ahora en castellano, tiene poca demanda porque es la escuela insalubre que va a estar en obras durante el próximo curso académico y por razones obvias los padres han preferido no enviar allí a sus hijos.  Y finalmente la nueva Hello Rtotxapea no se ha llenado, porque ahora está en la Chantrea, en un barrio en donde apenas hay niños y lejos de los domicilios de las familias de la Rotxa que llevaban a sus hijos allí.

Agradeceríamos al Ayuntamiento una mayor transparencia en su análisis de los datos y en su gestión. 

Queremos dejar claro también que no queremos negar que hay demanda en euskera y que se necesita ofertar plazas en el rango de 0 a 3 en este idioma, pero la cuestión de fondo es si de verdad se debe hacer a costa de reducir plazas en castellano y castellano con inglés (modalidad con una demanda insatisfecha mayor que la de euskera, según las encuestas), expulsando a niños y niñas de su escuela, sin gradualidad y sin respeto por las elecciones hechas por las familias con niños ya escolarizados. Ante este tipo de actuación no debería importar tanto si las nuevas escuelas en euskera se llenan o no, sino si es justo, moral y legal hacerlo así.  Y no lo es. 


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