El diseño se basa en los planos del siglo XVIII del ingeniero Antonio Hurtado y responde a un sistema de 'vigas en vuelo'.
Ya ha comenzado la instalación de los elementos que permitirán que los ciudadanos puedan completar un paseo circular entre los baluartes de Labrit y el del Redín, siempre que esté abierto el acceso al Baluarte Bajo de Guadalupe (Redín).
Las obras emprendidas permitirán reconstruir el puente de madera que, según los planos de 1794, salvaba la distancia entre el final del camino extramuros al que se sale por la caserna del Labrit -una 'puerta' extraoficial de la muralla- y la zona más pegada a la muralla del Baluarte Bajo de Guadalupe.
Ese puente era, en realidad, una infraestructura de carácter provisional con función exclusivamente militar: comunicaba el Frente de Magdalena y el Frente de Francia, permitía que los soldados que se hallaban en los fosos del Portal de Francia pudieran acceder también al Baluarte Bajo de Guadalupe en caso de ataque, ha informado el Ayuntamiento.
En estos momentos ya se ha cubierto el espacio con el correspondiente andamiaje de seguridad y se están instalando tres grandes escuadras de madera de roble (jácenas o vigas principales) que se insertan en los correspondientes huecos existentes en el trozo de lienzo que discurre entre el final del paseo extramuros y el Baluarte Bajo de Guadalupe. Aunque la ubicación de las escuadras es la original, se han colocado con anclajes ocultos de acero para garantizar su estabilidad.
Este elemento contribuirá, además, a mejorar la accesibilidad a la parte antigua de la ciudad, desde la entrada del Camino de Santiago, conciliando los usos del patrimonio fortificado con el entorno de Arga, zona de interés paisajístico. La actuación tiene un presupuesto de 44.893 euros.
UNA ESTRUCTURA A DOS NIVELES CON PISO CONTINUO
El diseño de este puente se basa en los planos del siglo XVIII del ingeniero Antonio Hurtado y responde a un sistema de 'vigas en vuelo', único en el recinto amurallado de Pamplona.
Se realizará íntegramente en madera de roble cepillada. Sobre las escuadras ya instaladas, se tendería una estructura en dos niveles: en un primer nivel vigas colocadas longitudinamente entre los dos estribos del puente que formarían una cuadrícula con las escuadras en las que se apoyan y, sobre ellas una superficie continua que sería la que apreciaría el paseante.
La estructura, una vez construida, quedará fija en el espacio.
La seguridad para el viandante vendrá reforzada por una valla de protección lateral similar a la que existe en un plano que refleja el diseño de puente de la Puerta del Socorro de la Ciudadela que se extenderá al acceso de la pasarela al Baluarte Bajo de Guadalupe, para permitir regular el paso a esa zona de la fortificación.
El puente no tendrá ninguna iluminación especial, salvo la ornamental del propio frente amurallado.
