El Ayuntamiento de Pamplona, a través de la Junta Local, ha planteado la posibilidad de construir nuevos parking subterráneos en el centro de Pamplona.
Estas obras irían enmarcadas en el proyecto de peatonalización del I Ensanche, con el que se quiere proteger a este barrio de la ciudad, dando lugar a "un espacio más amable para el peatón".
Por el momento, una de las ideas que se baraja para conseguir dicho objetivo pasar por la creación un aparcamiento subterráneo que tendría lugar General Chinchilla, Calle Sandoval y Padre Moret. Esta obra permitiría descongestionar las aceras y la superficie de vehículos.
El Plan Especial de Actuación Urbana y Protección que se quiere llevar a cabo en el I Ensanche de la ciudad hace especial hincapié en la generación de nuevos espacios y ámbitos para el peatón, que pasa necesariamente, por un menor número de vehículos en la superficie.
Además de esa posible ubicación, se están estudiando otras tres alternativas para la construcción de aparcamientos subterráneos, ideados principalmente para el vecindario pero con la posibilidad en mente de contar con plazas habilitadas para el público general.
El que parece, será el principal de estos nuevos aparcamientos, se ubicaría a lo largo de toda la calle Navas de Tolosa. Según el proyecto anunciado por el Ayuntamiento de Pamplona contará con una superficie aproximada de 2.900 metros cuadrados por planta y hasta 116 plazas por nivel. Como máximo, tendría tres plantas.
Además, ya se ha anunciado que este hipotético aparcamiento queda fuera de la zona arqueológica, si bien cualquier intervención deberá adecuarse a la ley foral de Patrimonio.
Los otros tres planteados en el documento se ubican en la calle Julián Arteaga, calle Sandoval y en una parcela privada.
Estos aparcamientos permitirían reducir considerablemente las plazas de aparcamiento en superficie, actualmente 506. Con ello, se ampliarán las aceras y se mejorará la accesibilidad de las calles, ha añadido el Consistorio.
El documento del PEAUP tiene la voluntad de recuperar la calle Padre Moret como eje central del barrio, ampliando las aceras y rediseñando los espacios libres para integrar nuevas zonas de esparcimientos y zonas verdes. Se plantean dos alternativas de diseño: transformación de la calle como vial de coexistencia peatonal y rodado con un carril central para el vehículo y espacios para el peatón a ambos; o actuaciones puntuales para ampliar aceras, manteniendo la diferenciación actual entre el espacio peatonal y la calzada, con pavimento diferenciado en los cruces con otras calles.
