Bildu ha cedido varios espacios públicos para el final de la carrera que promueve el euskera y que desde la izquierda abertzale se usa para promover la independencia y a los terroristas apresados.
El domingo de Ramos de 2017 será un día difícil de olvidar para Joseba Asirón, el alcalde de Pamplona por EH Bildu. El político abertzale ha cumplido uno de sus sueños: correr por las calles de la capital navarra con una ikurriña y un séquito de cientos de personas a su espalda.
El primer edil de Pamplona ha recorrido las calles del Casco Histórico con el testigo de la Korrika, la carrera promovida por el colectivo abertzale AEK y que desde la izquierda independentista vasca se usa para defender a los etarras apresados por terrorismo.
En la carrera Asirón no ha estado solo. El resto de concejales del cuatripartito le han secundado en la marcha por el tramo que ha cruzado delante del Consistorio. El alcalde ha recibido el testigo de manos del expresidente de la Federación de Peñas de Sanfermines, Endika Lacuey.
Tras correr durante varios minutos encabezando la marcha hasta la llegada a la Plaza del Castillo, el exultante alcalde ha cedido el protagonismo a otros ediles del equipo de gobierno. Se ha mantenido tratando de seguir el ritmo de la carrera y antes de la finalización del kilómetro 2.529, el que AEK ha cedido al Ayuntamiento pamplonés por su aportación económica, se ha retirado.
El alcalde de Pamplona ha puesto fin así a una serie de decisiones volcadas para promover esta carrera bianual que recorre durante 10 días el País Vasco, las regiones fronterizas de Francia y Navarra, uno de los espacios donde más se han volcado los organizadores. En el caso de Pamplona, el Ayuntamiento ha entregado 50.000 euros de las arcas públicas a esta carrera de tintes abertzales.
Además de la financiación, el Consistorio dirigido por EH Bildu, con el apoyo de Geroa Bai, Aranzdi-Podemos e Izquierda-Ezkerra, ha cedido numerosos espacios públicos a la organización para que instale durante todo el fin de semana varias txoznas en diferentes espacios, como el Paseo de Antoniutti, Labrit, la plaza de San Francisco, la plaza de San Nicolás y la plaza de Recoletas.
Precisamente la cesión de espacios en estos dos últimos puntos, junto a la iglesia de San Lorenzo y la de San Nicolás, ha sido uno de los puntos más criticados al equipo de Joseba Asirón. La Korrika ha coincidido frontalmente con las tradicionales procesiones del domingo de Ramos ya previstas en el calendario litúrgico, haciendo que se tuviesen que modificar los actos religiosos por no ceder otros lugares a la carrera.
