La piscina llevará el nombre del seleccionador nacional de natación, recientemente fallecido, por sus tres décadas de dedicación a este deportes.
El entrenador de natación Juantxo González Vellido ha sido homenajeado este sábado 3 de junio en Pamplona y el escenario no ha podido ser más indicado, la piscina cubierta, situada en el edificio deportivo Aquabide. Este lugar, situado en el número 36 de la calle Sangüesa y al que tantas horas de trabajo y entusiasmo dedicó el deportista fallecido el pasado marzo, llevará desde ahora su nombre. El local es propiedad de la Fundación Caja Navarra, quien ha apoyado este sentido reconocimiento impulsado por un nutrido grupo de sus nadadores.
González, entrenador y seleccionador nacional de natación, se mudó de Bilbao a Pamplona para ocuparse de las clases de natación y entrenamientos desde la inauguración de la piscina en 1964. Desde entonces hasta 1993, año en el que se jubiló, se dedicó a labores tanto técnicas como didácticas.
Este sábado su esposa Begoña ha acudido a las instalaciones deportivas para descubrir la placa conmemorativa con el nombre y los datos biográficos destacados del deportista, en un emotivo acto en el que han estado presente muchas personas del mundo de la natación navarra que han querido recordar a su maestro. Un grupo de nadadores y nadadoras han nadado un largo a mariposa en honor a al maestro fallecido.
Además, en el homenaje ha habido una exhibición de natación sincronizada a cargo de Mariburruntzi Sincro. Después se ha proyectado un vídeo y ha tenido lugar una comida en Larrabide.
DILATADA TRAYECTORIA
Los organizadores del reconocimiento han querido destacar los 29 años de actividad de González, en el que cientos de nadadores han aprendido y entrenado con él: "Más allá de las destrezas o marcas conseguidas, de una persona que nos educó en los valores que debe transmitir el deporte: esfuerzo, compañerismo, constancia y superación; el recuerdo de un maestro con mayúsculas".
En un portal web que le han dedicado también han subrayado las dificultades que hubo de superar, como "las difíciles condiciones de espacio y masificación, con su gran capacidad de organización, supo aprovechar al máximo las dos calles que disponía, y con su sabiduría, afabilidad y paciencia, también supo sacar lo mejor de nosotros".
Asimismo, subrayan que "no solo es un referente de esos casi 30 años que marcaron una próspera época de la natación navarra, sino un ejemplo para entrenadores presentes y futuros, además de ocupar un lugar en los corazones de todos nosotros. Quizás sea este cariño y agradecimiento colectivo lo que más impulsa ese reconocimiento para la historia con la denominación de la piscina".
