Sostienen que el Ayuntamiento de Pamplona no se ha basado en un criterio técnico y razonado antes de presentar las medidas.
¿Hay mayor contradicción que un discurso político, como el del actual gobierno municipal, que dice apoyar al pequeño comercio al tiempo que toma medidas que le perjudican? Es una de las incógnitas a las que intentan buscar respuesta los comerciantes del Casco Antiguo, que a través de su asociación han lanzado una dura crítica a las nuevas medidas en el transporte y organización del centro de la ciudad que ha tomado el Ayuntamiento de Joseba Asirón.
Para ellos, se trata de medidas que "no nacen de un estudio técnico, riguroso, sólido y razonado que valore los diferentes flujos de tráfico".
Desde la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo informan de lo mucho que van a afectar estas medidas tanto a la movilidad del ciudadano como a la accesibilidad de la zona, algo que repercutirá en su actividad económica y en el pequeño comercio, "sector que atraviesa enormes dificultades en estos momentos", reconocen en una nota emitida por el presidente de la asociación, Carlos Albillo.
La lucha por la supervivencia de estos comerciantes es esa con la que, tal y como consideran, poco está colaborando el gobierno local de Pamplona. La semana pasada, tres concejales del consistorio presentaron medidas como peatonalizar Navas de Tolosa, General Chinchilla y Bosquecillo además de restringir el aparcamiento del Casco Antiguo y el Ensanche a los residentes. Además, confirmaron que 12 cámaras de vigilancia revisarían los accesos a la parte vieja de la capital foral.
Desde el punto de vista de Albillo, cerrar las calles al tránsito de vehículos es una medida que reducirá el acceso de un 25% de ciudadanos que llegan al Casco Antiguo en su vehículo privado. "Se les redirecciona así hacia otros destinos, como los centros comerciales de la periferia y esto puede provocar el cierre de un importante número de establecimientos de comercio y hostelería en nuestra zona", insisten.
Proponen además otro tipo de soluciones, "intermedias", que podrían colaborar en mayor medida con las pretensiones de todos los intereses. Son: "carriles bus-taxi bien señalizados que verdaderamente se respeten, priorizaciones semafóricas en favor de estos medios, plataformas de acceso de los autobuses en las paradas que hagan más fácil el acceso de los usuarios y otras medidas de carácter técnico que mejoren su frecuencia y favorezcan el uso del transporte público".
Consideran también que a todos los ciudadanos que se acercan al centro en coche habría que proponerles medidas alternativas a la prohibición expresa de no poder aparcar. Piensan en ideas como crear aparcamientos disuasorios o bonificación en los parkings.
LAS CÁMARAS, OTRO PROBLEMA
Pero no acaban aquí los problemas que traerían consigo las medidas, que se prevé se apliquen a partir de 2017. También las 12 cámaras de vigilancia podrían conllevar el cierre de algunos establecimientos, como aquellos con necesidades especiales en los que se requiere que el ciudadano acceda al Casco Antiguo en coche. Hablan de servicios de reparaciones o que vendan objetos voluminosos o pesados.
"Creemos que es necesario trabajar en una propuesta de verdadero consenso en el que se garantice la accesibilidad al centro urbano, a través de todos los medios de transporte (aunque se priorice el transporte público) puesto que la accesibilidad es una cuestión fundamental para la supervivencia de la actividad económica, y especialmente la comercial, que da vida a la ciudad", terminan su crítica.
