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PAMPLONA

La ilusión de los Reyes Magos llega a Pamplona en octubre: una gran cola para ser voluntarios en la Cabalgata

En apenas tres días, la asociación prevé ocupar los 550 puestos máximos que acompañarán a sus majestades por las calles de Pamplona.

Colas para ser voluntario en la Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona AGP (9)
Cola para ser voluntario en la Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona. A.G.P.

Que un lunes 15 de octubre en Pamplona, con 20 grados de temperatura, más de un centenar de personas se reúnan pensando ya en la tarde del 5 de enero, significa que debe tratarse de algo muy especial. Una fila de 130 futuros voluntarios, en su mayoría chicas muy jóvenes, se preparaba a las 16.30 horas para entrar en la sede de la Asociación de la Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona, mientras algún anciano que pasaba por la calle ajeno a la situación preguntaba "¿pero qué van a regalar aquí?".

La respuesta es la ilusión en la mirada de los niños. Un gran sentimiento de empatía que retrotrae a la niñez, cuando esa noche de enero se convertía en la más larga del año, contando las horas para amanecer al día siguiente e ir a buscar los regalos de sus majestades.

Al menos, ese era el mensaje que servía de punto de unión entre todos los que formaban parte de la fila de aspirantes, muchos de ellos participantes de años pasados que deseaban volver a sentir la emoción de acercarse a los más pequeños y compartir con ellos instantes de inmensa ilusión.

Se lo pueden preguntar, por ejemplo, a Amparo Donamaría Nuin, pamplonesa de 40 años. Veinte lleva ya saliendo de voluntaria en la cabalgata de la capital navarra. Media vida. "Empecé por la ilusión de ver a los niños felices. Cuando les das los caramelos es una gozada. Y que se los dé el paje directamente es algo sensacional, se les queda una cara increíble".

Lo habitual, como explica, es que se tengan labores de seguridad junto a las carrozas, aunque ella recuerda con especial cariño un año que viajó en el vehículo de los juguetes, en el que todos terminaron arriba "y nos lo pasamos pipa". O aquel otro año en el que le tocó de abanderada y participó durante todo el día, conociendo desde dentro el recorrido por la Magdalena y el portal de Francia. Recuerdos especiales que guarda con afecto.

"Sientes felicidad, es una pasada. Una experiencia preciosa. Que le des a los niños los caramelos... Y si ya los conoces y los llamas por sus nombres, se quedan embobados, porque que el paje del rey sepa sus nombres los hace sentir muy especiales", relata.

LOS NIÑOS NO CAMBIAN

Durante el acto, ellos son sin duda los protagonistas absolutos. "Tú no ves a nadie, vas pasando por las calles, pero no sabes ni dónde estás en cada momento, ni controlas el recorrido, aunque después todo el mundo te diga que te ha visto. Pero tú solo tienes ojos para los niños", comenta, para asegurar después que, tras estas dos décadas, ese sentimiento en los más pequeños de la familia continúa vigoroso, no ha cambiado: "Los niños siguen sintiéndolo igual y todos quieren recibir caramelos. Si se los das en las manos, a ellos les hace muchísima ilusión".

Quizá a su misma situación llegue dentro de 20 años Ana Chocarro Goicoechea, pamplonesa de 16 años y que encabezaba la fila tras haber llegado una hora y media antes junto a nueve de sus compañeras, todas ellas vestidas con el uniforme del colegio. La cabalgata del 2019 será su segunda participación como voluntaria. "El año pasado no sabíamos qué nos iba a tocar, pero fue muy divertido y una gran experiencia", resume.

Junto a sus amigas, se disfrazó de pastelera y, pese a los prejuicios que pudiera tener, vivió grandes momentos. "Pensábamos que a lo mejor era un rollo, pero nos lo pasamos muy bien. Nos sorprendió la enorme cantidad de gente que va a ver la cabalgata. Y los niños te miran con mucha ilusión. Merece muchísimo la pena, porque disfrutas haciéndolo", cuenta.

Para esta ocasión, preferiría asumir el personaje de cartero real. "Ellos están por Pamplona recogiendo las cartas de los niños y es algo que nos gustaría probar. Por eso hemos llegado las primeras, para que tengamos más posibilidades de elegir puesto", expone. Lo dice con la fuerza de la experiencia vivida, ya que el año pasado llegaron tres cuartos de hora tarde y esos puestos ya se habían ocupado.

No le falta razón. La asociación cierra la lista de voluntarios con 550 personas, aunque en la cabalgata participan más de 800, porque a esa cifra hay que unir las de los integrantes de los grupos ya formados. Este lunes, la organización calculaba que se apuntarían unas 300 personas (finalmente, fueron 322), por lo que el miércoles o el jueves ya se habrá cerrado el cupo.

EXPERIENCIA MUY GRATIFICANTE

Luis Ansa Echegaray, pamplonés de 33 años, no será uno de los que caiga en la lista de espera, puesto que formaba parte de esa primera cola de aspirantes. "Es el segundo año que participo, y me apunté por iniciativa propia, porque quería colaborar, ya que otros años había participado en la de Villava", apunta. Y como sus compañeros de fila, solo tiene buenas palabras sobre el acto: "La experiencia es muy gratificante, porque es muy bonito ver a los críos tan emocionados". "Merece la pena", resalta.

El 5 de enero del 2018, estuvo de escolta de Melchor, al lado de su carroza, uno de los mejores lugares para observar las reacciones de los pequeños. "Las sensaciones que se viven son muy emotivas, porque te recuerdan a tu infancia. Los niños están alucinados y, cuando les das los caramelos, aún más alucinados. Lo recomiendo sin duda porque es una experiencia extraordinaria. Y si se cree en la Navidad y en la ilusión con la que lo viven los niños, merece mucho la pena", insiste.

Desde la asociación no necesitan publicidad alguna para reunir a más voluntarios, puesto que ya hay exceso de demanda, una lista de espera permanente. Lo confirma Jesús Barrenechea Argüelles, secretario y tesorero, y que se encarga de recibir las solicitudes. "Estamos encantados de que haya esta demanda. Sobre todo, son chicas jóvenes. El 82% son mujeres. Al final, ellas son más animadas y participativas, más lanzadas", analiza.

Pese a que desliza que los primeros en apuntarse tienen preferencia para elegir puesto, después es la junta la que lo decide, dependiendo del personaje a interpretar y de las condiciones del solicitante. Porque solicitar, lo tienen que hacer todos, "hasta el presidente, que se tiene que apuntar todos los años". Las condiciones, meras formalidades: ser socio, estar al corriente de la cuota y tener 15 años cumplidos.

EL MÁXIMO NÚMERO DE PARTICIPANTES

"Algo de lo que nos sentimos orgullosos es de que tratamos que todo el mundo que se haya apuntado acabe saliendo en la cabalgata. Nos esforzamos para conseguirlo, y para ello ponemos más comparsas. Todo para dar cabida al máximo número de personas. Llevamos dos años en los que han salido prácticamente todos, incluso los que estaban en la lista de espera. Y eso es algo maravilloso". Son palabras del presidente de la asociación, Fernando Lizaur Gómez, contento de que, un año más, se produzca una avalancha de gente interesada en participar.

Para ellos, la cabalgata de Pamplona es un acto emblemático, uno de los más importantes de Pamplona y, por ende, de Navarra. "Los Sanfermines son otro mundo que no tiene nada que ver. Pero si hablamos de la concentración de personas que van a participar y a vivir la cabalgata, se trata del evento más multitudinario de Navarra. Y eso para nosotros es un orgullo. Por eso, cada año intentamos hacerlo mejor y profesionalizar el acto en la medida de lo posible", afirma.

Aquí entra el aspecto monetario, ya que la cabalgata es tan grande e impresionante como así lo permita el presupuesto. Unos fondos que se nutren de los patrocinadores y de las cuotas de los socios. Actualmente, 1.300 personas forman parte de esta asociación, en la que abonan 15 euros anuales, más la voluntad o lo que pueda aportar cada uno. En este sentido, conviene reseñar que la organización cuenta con el sello de Mecenazgo Social del Gobierno de Navarra, por lo que todo lo aportado conlleva un beneficio fiscal del 85%.

Así que, más que apremiar a los pamploneses a que sean voluntarios en la cabalgata, en la que todos los años hay lista de espera, desde la asociación animan a ayudarlos a que el acto crezca, remarcando, como habíamos avanzado antes, la palabra que más se ha escuchado esta tarde en la sede de la organización: la ilusión. La ilusión por participar en un evento tan emotivo. La ilusión por que crezca y por que cada año sea más espectacular. Y la ilusión en la mirada de los más pequeños. La que más importa.


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