• jueves, 25 de abril de 2024
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PAMPLONA

Pisos en bajeras de Pamplona: las nuevas 'maneras de vivir' que se construyen ya en varios barrios de la ciudad

La demanda de nuevas viviendas y el menor coste de estas 'construcciones' son la clave para que en algunos barrios de Pamplona hayan empezado a proliferar.

Los locales habilitados como viviendas en los bajos de diferentes zonas de Pamplona NAVARRACOM
Los locales habilitados como viviendas en los bajos de diferentes zonas de Pamplona NAVARRACOM

Las formas de vida en las ciudades poco tienen que ver con lo que hasta hace unas décadas se conocía. Los núcleos familiares han cambiado con el paso del tiempo y también los espacios en los que éstos se desarrollan.

La superficie de las localidades, en muchos casos limitada, unida a la necesidad de satisfacer la demanda de nuevas viviendas ha provocado que en muchas ciudades ya se estén dando nuevos modos de habitar.

Hace unos años, los llamado ‘lofts’ (viviendas acomodadas en antiguas naves industriales) se convirtieron en la clave para dar solución al problema del mercado inmobilliario. Eso sí, en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona.

Ahora la solución pasa por aprovechar aquellos locales ubicados en los bajos de los edificios residenciales y que, tradicionalmente, estaban destinados al comercio de la zona.

El auge de internet y la preferencia de los establecimientos por ubicarse en ejes estratégicos comerciales están dejando ‘vía libre’ a un buen número de bajeras en diferentes barrios que, ahora, se están convirtiendo en hogares también en Pamplona al más puro estilo europeo.

Estas ‘casas-bajera’ en la capital navarra aún se cuentan con los dedos de las manos, pero varios anuncios de constructoras certifican que es una opción más que razonable para aunar la necesidad de vivienda con los precios de esta nueva forma de vida.

Barrios como la Rochapea o la Milagrosa han tomado la ‘avanzadilla’ y varias familias habitan ya en los bajos de la parte más cercana al centro en calles como la de Joaquín Beunza o en Julián Gayarre.

De hecho, hace unos meses, el propio vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra, visitó una de estas instalaciones piloto situada en el Paseo de los Enamorados (Rochapea).

En total 107 metros cuadrados de superficie útil que fue proyectado en un local de uso comercial y que ha adquirido Nasuvinsa para darle un salida residencial y destinarlo al alquiler social

“Se trata de una innovadora actuación urbanística que abre la puerta a ampliar la oferta de vivienda pública en régimen de arrendamiento dentro de la ciudad consolidada”, manifestó el consejero del Gobierno de Navarra.

Otro ejemplo, también apuesta de Nasuvinsa y fijado en 2016, aunque por el momento sigue sin ejecutarse, es el de convertir una bajera de 145 metros cuadrados en el barrio pamplonés de Buztintxuri en otro hogar.

En este caso, el local se encuentra entre los números 28 y 29 de la calle Ventura Rodríguez y fue seleccionado por sus características arquitectónicas e instalaciones después de consultarse al personal técnico del Ayuntamiento de Pamplona.

Su longitud de fachada de unos 24,5 metros posibilita la adecuada ventilación e iluminación para cumplir con la normativa exigible en la que se establecen las condiciones de habitabilidad y el código técnico de edificación ya que no todos estos locales puede convertirse en vivienda.

No obstante, para posibilitar estas nuevas construcciones ha sido necesaria la modificación del artículo 28 de la Normativa Urbanística General del Plan Municipal de Pamplona.

Unos cambios que se propusieron en la anterior legislatura y que abordó el por entonces concejal de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente, Juan José Echeverría (UPN), junto al director de Urbanismo y Vivienda, Fernando Nagore.

Su misión fue la de dotar de una mayor flexibilidad los usos de estos locales aunque salvaguardando aquellas zonas puramente comerciales como el Casco Antiguo y el Ensanche de la ciudad.

Hasta ese momento, el Plan Municipal no distinguía los usos en planta baja, aunque reconocía que estaba destinado en su mayoría al pequeño comercio y, en ese artículo 28, se impedía la convivencia de ambos usos en la misma planta baja: el residencial y el comercial.

Por ello, la modificación debatida en 2014 consistió en establecer las condiciones urbanísticas para implantar de manera total o parcial el uso residencial en las plantas bajas en parcelas con uso pormenorizado residencial colectivo y, en sentido inverso, permitir abrir negocios en lugares con uso residencial.

También el Gobierno de Navarra fija los requisitos para convertir estos bajos en viviendas y entre ellas cita, a través del Decreto Foral 142/2004, que tiene que lograrse acuerdo vecinal y cumplir con los requisitos de accesibilidad e iluminación.


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