El alcalde de Pamplona dice ahora que "se abrirá un proceso participativo", incluso con proyección internacional, para ver si el edificio debe ser derribado o dotarlo de otro uso.
Una de las obsesiones del Gobierno municipal del cuatripartito es ya una realidad. Los restos que descansaban en la cripta del monumento a los Caídos, en la plaza de la Libertad, ya han sido definitivamente exhumados.
“Es un día histórico para esta ciudad porque después de 80 años se ha cumplido una reivindicación de la sociedad”, ha relatado el alcalde de Pamplona, Joseba Asirón.
Asimismo, ha declarado, exhibiendo su orgullo por los trabajos cometidos en el interior de la cripta, que “Pamplona es ya una ciudad más justa consigo misma y con su propia historia” y ha añadido que “las heridas se van cerrando y se va abriendo un futuro esperanzador donde todos tengamos cabida”.
Con las exhumaciones se pone fin, aunque falta todavía conocer si el fallo judicial es definitivo, a un largo proceso que comenzó en agosto. Fue en ese mes cuando el Ayuntamiento de Pamplona anunció el proceso administrativo para clausurar el cementerio ubicado en la cripta de Los Caídos y donde se encontraban, entre otros, los restos de los generales golpistas Mola y Sanjurjo.
“Afectaba a la lógica y al sentido común”, ha expuesto Asirón antes de declarar que la actuación del Consistorio pamplonés “ha estado presidida por la coherencia, sin verse afectado por las polémicas y los ruidos”.
Precisamente, algunas de esas polémicas tienen que ver con el deseo contrario de parte de las familias de los allí enterrados y que no veían con buenos ojos la decisión tomada por el Ayuntamiento. Incluso el Arzobispado presentó varias alegaciones que finalmente no llegaron a ningún puerto tras alcanzar un acuerdo entre Consistorio y la institución religiosa.
En este sentido, Asirón ha querido agradecer al Arzobispado la “actitud que ha mantenido en todo momento”, velando por la intimidad de las familias. Un aspecto que el propio alcalde también ha querido resaltar: “Posiblemente no fuera la única manera de hacerlo, pero sí la mejor. Estuvimos en contacto con todas las familias y el Ayuntamiento se ha acercado con todo el respeto a ellas, priorizando la intimidad y la privacidad”.
De hecho, los restos del general Mola, por expreso deseo de sus familiares, fueron exhumados en el mes pasado sin esperar al resto de los siete cuerpos que quedaban allí presentes.
EL PROCESO, PASO A PASO
Junto a Asirón, también ha estado el presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Paco Etxeberria, quien ha asegurado que “se han cumplido todos los compromisos para llevar a cabo esta tarea”.
El dispositivo para llevar a cabo las exhumaciones comenzó a las 19.30 horas del día 15 con el establecimiento de un cordón de exclusión en la trasera del monumento, lugar de acceso a la cripta, y con la presencia de agentes de la Policía Municipal de Pamplona.
A las 20 horas entró el personal municipal que preparó el andamiaje y los elementos necesarios para proceder a las exhumaciones, una operación que se prolongó hasta las 22 horas. A partir de las 00.00 horas, ya del día 16, se fueron sucediendo las exhumaciones en dos etapas, la primera en la madrugada del miércoles (hasta las 03.30 horas) y la segunda entre las 19 y las 22 horas.
En cada exhumación estuvieron presentes de 10 a 12 personas en representación del Consistorio y del Arzobispado, además de los familiares de cada persona exhumada o los representantes legales designados por la familia.
Las exhumaciones, ha relatado el forense Etxeberria, se han llevado a cabo empleando unos gatos hidráulicos que han permitido levantar las tres losas que ocultaban las arquetas donde se encontraban los restos. Unos cubículos que estaban con el nombre de los fallecidos y cuyos restos “coincidían en lo previsible respecto a sexo, edad, etc…”
En las cuatro primeras exhumaciones (Pedro Martínez Chasco, Jaime Munárriz Escondrillas, Severiano Arregui Olalquiaga y Joaquín Sota Garayoa) participaron, además, técnicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que no lo hicieron en las dos últimas por expreso deseo de las familias.
La documentación del proceso, como quedó establecida en el acuerdo con el Arzobispado, fue realizada por la Asesoría Jurídica del Ayuntamiento de Pamplona. Los restos fueron entregados a las familias salvo en los dos casos ya citados que se encuentra en dependencias del Cementerio de Pamplona a la espera de que el fallo judicial se haga definitivo.
A partir de las 21 horas de este miércoles, tras el sellado de las fosas, personal del Ayuntamiento procedió a desmontar el andamiaje y se retiró la barrera de seguridad. La operación de clausura del cementerio de la cripta se dio por concluida a las 22 horas del miércoles.
AHORA, EL DEBATE SOBRE EL USO O EL DERRIBO DEL EDIFICIO
El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, ha mostrado su satisfacción por dar por cumplido uno de los puntos del acuerdo programático municipal. Ha afirmado que, en un primer momento, se procedió a cambiar el nombre a la plaza, ahora se ha clausurado el cementerio del monumento a Los Caídos y “queda pendiente el futuro del edificio, incluida la cripta”.
Asirón ha adelantado que el interior ha quedado "exactamente igual" y que no “se han deteriorado en absoluto ninguno de los elementos que componen la cripta”.
Sin embargo, ahora el gobierno municipal de EH Bildu pone el ojo en el futuro del edificio. Para ello, ha anunciado que “se abrirá un proceso participativo” en el que no se descarta convocar “un concurso internacional de ideas”, aunque otra opción es el derribo del edificio, un anhelo que algunas formaciones como Izquierda Ezkerra o Podemos sostienen.
