El alcalde fingió en sus primeros días que iría en su moto al trabajo pero cada jornada acude en el coche municipal al consistorio.
Coche oficial de la puerta de casa al trabajo. Todos los días y con escolta incluido. Joseba Asirón (Bildu) prometió en su primer día de mandato que no utilizaría el coche oficial y que también prescindiría de la escolta.
Ni una cosa, ni la otra. Además, el alcalde de Pamplona engañó a los ciudadanos cuando dijo que acudiría en su moto hasta el centro de la ciudad e incluso salió en reportajes en los periódicos para dar una imagen falsa de lo que de verdad iba a hacer.
Tal y como ha podido comprobar este periódico, Joseba Asirón utiliza prácticamente a diario el vehículo oficial del Ayuntamiento conducido por un cabo de Policía Municipal de Pamplona, que cumple también la misión de escolta. En algunas ocasiones le acompaña en le mismo vehículo el jefe del cuerpo municipal, Jesús Munárriz.
Este uso del coche oficial ha seguido vigente también en las últimas semanas, fechas en las que Asirón ha implantado en Pamplona la 'amabilización, una especie de toque de queda para coches en el centro de la ciudad, con acceso restringido a la mayoría de la población. Él, sin embargo, sigue llegando en el coche oficial hasta la puerta de su trabajo.
SE BAJA ANTES PARA LLEGAR ANDANDO
Según ha podido conocer también este periódico, en algunas ocasiones el alcalde ha pedido a su chófer que lo recoge cada mañana en su vivienda de Zizur Mayor que no le dejara en la puerta del Ayuntamiento y se ha bajado en las proximidades del consistorio para llegar luego andando hasta el Ayuntamiento, como si de un paseante se tratara.
"Llegó en moto y no tendrá escolta". Este era uno de los llamativos titulares que la prensa cercana al alcalde le regalaba en el inicio de la legislatura. "No es mi idea utilizar el coche oficial", señalaba en la misma entrevista el alcalde Asirón mientras sonreía en la foto a los mandos de su moto aparcada en el paseo de Sarasate.
En el mismo texto se resaltaba que también iba a desaparecer la brigada de escoltas, ya que Asirón había decidido prescindir de ella.
La realidad y los hechos han demostrado que todas las promesas iniciales han sido incumplimientos y que la imagen de cercanía que Asirón pretendía ofrecer con su moto y caminando hasta el consistorio eran falsas.
Coche oficial, escolta y acceso sin restricción hasta la misma puerta del trabajo. Como cualquier ciudadano de Pamplona.
