Tafalla, Tudela, Estella, Olite, Artajona, Cintruénigo o Corella cuentan con desfiles de gran tradición popular y valor artístico.
Las calles de Pamplona se preparan ya para acoger esta tarde la Procesión del Santo Entierro, el acto más tradicional del Viernes Santo en Navarra ya que en otras muchas localidades de la Comunidad foral salen los pasos a revivir diferentes pasajes de la Biblia.
La de Pamplona, por volumen de población, es la procesión más multitudinaria y en ella participan más de 2.000 personas, entre portadores de pasos, figurantes, miembros de bandas de música y cofrades de la Hermandad de la Pasión del Señor, organizadora del acto y a la que pertenecen todas las tallas, excepto la de la Dolorosa, propiedad del Ayuntamiento y que cierra el cortejo.
La procesión se iniciará a las 19:30 horas (en caso de suspensión por lluvia en su lugar tendrá lugar un Vía Crucis en el interior de la Catedral) y durante más de dos horas recorrerá desde la sede de la Hermandad, en la calle Dormitalería, diversas calles del Casco Viejo de la capital navarra hasta volver al lugar de partida.
Un total de doce pasos configuran el desfile, aunque en total son medio centenar de elementos los que participan, ya que entre los pasos se colocan representaciones del Antiguo Testamento, Pueblo Judío, grupos de soldados romanos, hachones, faroles de las Siete Palabras y bandas de música.
Al término de la procesión, a las 22.30 horas tendrá lugar uno de los actos de gran recogimiento para muchos pamploneses, con el que la corporación cierra sus actos oficiales en Semana Santa, como es el retorno de la imagen de la Dolorosa a la Iglesia de San Lorenzo, donde se encuentra todo el año.
Sin embargo, la de Pamplona es tan solo una de las numerosas procesiones que tienen lugar hoy en Navarra, ya que también las localidades de Tafalla, Tudela, Estella, Olite, Artajona o Cintruénigo cuentan con desfiles de gran tradición y participación popular.
Y muy destacada, especialmente por su valor artístico, es la de Corella, declarada de Interés Turístico Nacional en 1967 y en Navarra en 2015, con tallas del siglo XVIII y figurantes especialmente implicados en la representación de la Pasión de Cristo.
