• jueves, 28 de marzo de 2024
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NACIONAL

La transmisión de conocimientos indígenas mejoraría las sociedades europeas

Así concluye un estudio realizado por investigadores de la UAB que han convivido durante un año y medio con tres comunidades indígenas.

Mujeres indígena brasileñas. EFE
Mujeres indígenas brasileñas. EFE

Las formas alternativas de gestionar el conocimiento, ambiental y cultural, de las sociedades indígenas podría mejorar las sociedades europeas, según un estudio realizado por investigadores de la UAB que han convivido durante un año y medio con tres comunidades indígenas de Borneo, Congo y la Amazonía.

Científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), liderados por Victoria Reyes-García, han estudiado la naturaleza adaptativa de la cultura y los beneficios del conocimiento ambiental local de las comunidades de los Punani Tubu (cazadores recolectores de Borneo), los Baka (seminómadas de la cuenca del río Congo) y los Tsimane (recolectores-horticultores de la Amazonía boliviana).

La investigación, subvencionada con un millón de euros por el Consejo Europeo de Investigación, ha demostrado que en las sociedades indígenas los individuos con mayor conocimiento ambiental local cazan más y tienen mejor salud.

Según Reyes-García, en las sociedades indígenas aún existentes los individuos que gozan de un mayor conocimiento de los recursos naturales, de sus tradiciones y sus creencias milenarias tienen una mayor capacidad para obtener alimentos y para proteger su salud.

Sin embargo, pese a su privilegiada situación, estos individuos no gozan de un mejor estado nutricional o de mayor bienestar general que el resto de miembros del grupo, probablemente debido a que en estas sociedades predomina el intercambio de información y el reparto general e igualitario de los recursos.

El proyecto ha analizado estas tres sociedades indígenas durante cinco años para entender mejor sus sistemas de conocimiento.

Según Reyes-García, aunque las sociedades estudiadas parezcan muy alejadas de nuestra realidad, los resultados apuntan a formas alternativas de producir y usar el conocimiento que podrían tener una profunda relevancia en nuestra "sociedad del conocimiento".

"Apelamos a nuestra propia sociedad como la 'sociedad del conocimiento' pero se trata de un conocimiento mercantilizado, si aprendemos a usar el conocimiento de otro modo, como lo hacen estas poblaciones indígenas, podemos resultar muy beneficiados", ha asegurado la investigadora.

Los investigadores vivieron durante un año y medio integrados en los Punani Tubu, los Baka y los Tsimane y analizaron el conocimiento ambiental local, que engloba todos los conocimientos ancestrales que los miembros del grupo tienen de los recursos naturales, de las funciones y dinámicas de los ecosistemas, de creencias, tradiciones e instituciones desarrolladas por su sociedad durante miles de años.

Este conocimiento se transmite de generación en generación de forma no escrita por observación e imitación, y facilita la estrategia adaptativa de los pueblos indígenas ante los cambios.

Sin embargo, los investigadores destacan que estos conocimientos están perdiendo importancia en estas sociedades indígenas, que poco a poco abandonan la economía de subsistencia y adoptan nuevas formas de economía basadas en el mercado, así como la educación formal y los sistemas modernos de salud.

El proyecto analizó los conocimientos relativos a la caza y las plantas medicinales.

En las sociedades indígenas, conocer mejor las técnicas de caza garantiza la consecución de alimentos diarios, mientras que conocer las plantas medicinales resulta clave para la supervivencia de estos grupos con un acceso limitado a los sistemas nacionales de salud.

"Determinamos si las personas que atesoran más conocimientos para la caza o sobre plantas medicinales gozan de mejores condiciones de vida, por ejemplo si al conocer mejor las plantas medicinales sufrían menos enfermedades o si al obtener más caza disfrutaban de un mejor estado nutricional", ha dicho Reyes-García.

Los resultados demuestran que los individuos con más conocimientos de caza capturaron más animales por hora invertida y que los que conocían mejor las plantas medicinales reportaron un menor número de días enfermos.

Pese a los resultados, estas personas no disfrutaban necesariamente de un mejor estado nutricional.

"Comparten tanto la información de las plantas o su ubicación en el bosque, como la carne de la caza, y lo hacen entre todos los miembros de la comunidad. La frecuencia con la que se comparte la información y los recursos puede ser la razón que explica por qué el estado nutricional de las personas no se relaciona directamente con su nivel de conocimiento", ha añadido.

Por eso, los investigadores sugieren que el conocimiento no sólo se debe tener en cuenta a la hora de plantear políticas relativas a los pueblos indígenas, sino que debe ser contemplado desde la perspectiva de las sociedades europeas como "formas alternativas de producir, transmitir y utilizar el conocimiento". 


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