La policía y los tíos de la menor empezaron a llamar puerta por puerta a todos los vecinos, y el presunto asesino fue el único que tardó en abrir.
Los tíos de la pequeña asesinada este lunes en Vilanova i la Geltru (Barcelona) fueron quienes encontraron su cadáver en el piso de un vecino de los abuelos de la niña, adonde acudía todas las tardes después del colegio, según ha explicado este martes en rueda de prensa el jefe de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, el intendente Toni Rodríguez.
Los dos hombres (hermanos del padre y de la madre) entraron a la fuerza en casa de este después de tres horas buscando sin éxito a la menor desaparecida.
El presunto asesino habría raptado a la niña cuando salió de casa de sus abuelos, situada justo encima de donde fue hallado horas después, bajo un colchón, su cadáver.
En un primer momento la policía preguntó a todos los vecinos de la finca tras llamar puerta por puerta, pero los tíos decidieron abordar al vecino una segunda vez porque desconfiaban de las respuestas que el hombre dio a los agentes.
Cuando aún no había pasado una hora de la desaparición de la niña el padre de Laia, que acudía todos los días a las 19 horas a recogerle al piso de sus abuelos, se topó con la policía y estos activaron el protocolo de búsqueda.
Como no era la primera vez que la niña "se desorientaba o se escondía", los agentes llegaron a la conclusión de que era difícil que la menor hubiera salido del bloque, por lo que decidieron primero registrar a conciencia el piso de los abuelos.
La búsqueda en cada de sus familiares fue infructuosa, por lo que los agentes de la policía, acompañados de los tíos de la menor, empezaron a llamar a todas las puertas. El único que tardó en abrir, envuelto en una toalla y como si se acabara de duchar, fue el presunto asesino.
Poco tiempo después, los tíos de la niña decidieron regresar al mencionado piso porque les había parecido que la actitud del hombre era sospechosa, una inquietud que fue a más cuando observaron que se expresaba de forma incongruente.
Fue entonces cuando los dos hombres, tras golpear una y otra vez la puerta del vecino, y tras percibir continúas contradicciones, entraron sin mediar en la casa: apartaron al presunto asesino, encontraron una puerta cerrada, la abrieron y se encontraron con un colchón fuera de lugar, lo levantaron y allí estaba el cuerpo sin vida de su sobrina.
