• jueves, 28 de marzo de 2024
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SUCESOS

La Guardia Civil cree que la joven Laura Luelmo murió la misma noche del día que desapareció

Descartan que la joven profesora pasase la noche que desapareció en casa de Bernardo Montoya. 

Efectivos de la Guardia Civil colocan una mampara para inspeccionar la vivienda de Bernardo Montoya, el autor confeso de la muerte de la joven zamorana de 26 años Laura Luelmo
Efectivos de la Guardia Civil colocan una mampara para inspeccionar la vivienda de Bernardo Montoya, el autor confeso de la muerte de la joven zamorana de 26 años Laura Luelmo. EFE.

La Guardia Civil considera que Laura Luelmo, la joven profesora de 26 años asesinada en El Campillo (Huelva) por Bernardo Montoya, murió la noche del día 12 de este mes, el mismo día que desapareció, y que su agresor la llevó a su casa, donde la golpeó contra el suelo. 

Así lo han afirmado este miércoles en una rueda de prensa en la que han ofrecido detalles de la investigación. No obstante, la Guardia Civil encontró restos de sangre de la víctima y del presunto asesino en la casa de Montoya y también parte de la compra que Laura Luelmo había hecho en el supermercado antes de desaparecer.

Los investigadores creen que la joven no estuvo toda la noche allí y que Montoya la llevó enseguida, probablemente en el maletero de su coche, hasta el lugar donde apareció el cadáver y donde la agredió sexualmente.

También han afirmado no tener aún datos concluyentes de cuándo se produjo la muerte de la joven, pese a que la autopsia preliminar la situó entre dos y tres días después de su desaparición. 

"No tenemos una autopsia totalmente finalizada, los datos que existen son previos y, con lo que nosotros manejamos, puede que no se correspondan con la realidad", ha dicho el coronel Ezequiel Romero, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva. 

La hipótesis de los investigadores es que Montoya agredió sexualmente a su víctima en el campo, aunque tampoco han podido precisar qué tipo de agresión sufrió. Sospechan que, dada la posición de las piernas y el cuerpo, Laura "no tuvo sufrimiento" en ese lugar y que, por tanto, podría estar inconsciente. 

Además, han asegurado que, en el momento en el que lo que se investigaba era la desaparición de la joven no había indicios con "carga probatoria" contra Montoya. Según han dicho, habría sido posible hacer un registro voluntario, pero tenían que "valorar bien" lo que hacían. "Y si la tuviera en otro sitio, ¿el que pusiéramos el foco podría haberla puesto en peligro?", se ha preguntado el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Jesús García.

MONTOYA SUFRIÓ UN GOLPE EN LAS COSTILLAS

El presunto asesino de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, fue a un centro de salud por un golpe en las costillas dos días después de la desaparición de la profesora, según ha explicado el coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva en rueda de prensa para explicar los detalles de la investigación.

Según ha precisado, Bernardo Montoya era un "sospechoso con mayúsculas" y el viernes 14 de diciembre, dos días después de la desaparición de la profesora, éste acudió a un centro de salud de Cortegana porque se quejaba de un golpe en las costillas.

"Pensamos que pudo ser por un forcejeo con Laura", ha precisado al tiempo que aclaraba que ese hecho hizo incrementar las sospechas sobre Bernardo Montoya.


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