La asesina confesa metió los restos mortales en uno de los refrigeradores de una heladería del barrio de la Macarena.
La Policía Nacional ha detenido a una mujer de 44 años de edad como presunta autora de la muerte de un hombre de 62 que ha sido encontrado sin vida este sábado en un congelador de una heladería del barrio de la Macarena de Sevilla.
Según han informado fuentes policiales, sobre las 18,00 horas de este sábado la mujer ahora detenida se ha presentado en la comisaría de Policía Nacional de Dos Hermanas (Sevilla), donde habría indicado que había matado a una persona a la que tenía escondida en un congelador de una heladería de la Macarena.
Tras tomarle declaración a esta mujer, la Policía ha realizado las gestiones correspondientes para comprobar en la capital hispalense lo relatado por ésta, de modo que les ha permitido descubrir el cadáver de un hombre de 62 años en el referido congelador, motivo por el que la mujer ha sido detenida, como supuesta autora del homicidio.
Las mismas fuentes no tienen confirmado si la mujer regenta la heladería en la que se ha encontrado el cadáver. Además, la investigación del suceso está abierta, toda vez que se desconoce la relación que podía unir al hombre muerto con la ahora detenida, así como las razones del presunto crimen.
El hombre llevaba un día desaparecido
Los vecinos explicaron su extrañeza al recordar que la heladería cerró el viernes de forma prematura en torno a las 20:15 cuando solía hacerlo habitualmente sobre las doce. Añadieron que se trata de un negocio que no suele generar mucha clientela y que lleva poco más de dos años funcionando en el barrio.
El hombre asesinado, de 62 años, era vecino de la barriada de San Jerónimo, estaba jubilado y solía frecuentar los bares del distrito Macarena, según un familiar, letrado de profesión, que se desplazó al lugar de los hechos y que no quiso precisar más datos sobre su pariente asesinado -la Policía apunta a un sexuagenario- ni hacer otras consideraciones.
Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional trabajaron anoche en el interior del establecimiento durante varias horas a la búsqueda de pruebas definitorias, sin que se conocieran detalles sobre cómo se produjo el homicidio y sus posibles causas, así como tampoco quisieron precisar si existía algún tipo de relación sentimental entre ambos o, incluso, de parentesco entre la mujer y el varón.
Ni siquiera los vecinos se explicaban por qué ocurrieron los hechos en el interior de la heladería, más allá de comentarios difusos, fruto de los nervios y el impacto emocional del momento, sobre los posibles móviles del crimen.
