Según ha señalado una hermana de la niña, la familia avisó 3 días antes al colegio de las continuas amenazas y agresiones a sus hijas y todo quedó en una "regañina".
La familia de la pequeña de 8 años que recibió una brutal paliza por parte de 12 niños en el patio del colegio de Son Roca de Palma ha señalado que avisó al colegio de constantes amenazas a sus hijas tan sólo 3 días antes de la brutal agresión a la menor de ellas.
Lo más incomprensible del caso, además de la ausencia de docente alguno en el patio en el momento de la paliza, es que los profesores no llamaron a la familia de la niña en ningún momento tras la brutal agresión e hicieron que la niña continuase en clase sin recibir asistencia médica alguna.
La niña, que sufrió innumerables hematomas y heridas sufrió incluso un desplazamiento de riñón a causa de las patadas, estuvo sin recibir ningún tipo de atención médica hasta que finalizaron las clases. Tampoco se llamó en ningún momento a la familia de la menor para comunicarles lo ocurrido y que ellos pudiesen llevar a la niña al hospital, sólo conocieron lo sucedido al ir a buscarla a la salida del colegio.
LA FAMILIA ADVIRTIÓ AL COLEGIO DE LAS AMENAZAS QUE SUFRÍAN SUS HIJAS TRES DÍAS ANTES
Melisa Suero, la hermana de la niña que la pasada semana recibió una paliza de otros menores del colegio público de Son Roca de Palma, ha asegurado que "incluso" tres días antes de esa agresión su madre se quejó a la dirección de los insultos y amenazas contra la pequeña y otra hermana de 12 años.
En declaraciones a los periodistas a las puertas del colegio público Anselm Turmeda de este barrio de las fueras, la hermana ha dicho que la madre advirtió al centro en varias ocasiones de las amenazas que recibía la mayor, a quienes llamaban "gorda y le pegaban patadas".
Los menores agresores, inimputables penalmente, recibían una "regañina, pero ni castigo, ni expulsión, nada más, tendrían que ser expulsados", se ha quejado Melisa.
Ha narrado que su hermana de 8 años fue atacada al finalizar el recreo de la mañana del miércoles, arrojada al suelo y pateada por una docena de chicos de entre 12 y 14 años después de que ella cogiera el balón con el que jugaban al fútbol porque había sonado el timbre que anunciaba el final de recreo.
"Le dijeron que las niñas no pueden jugar al fútbol y que las niñas no valen para nada", ha dicho Melisa. Según ella la profesora que vigilaba el patio no estaba en ese momento porque estaba buscando a una menor con síndrome de Down por lo que los niños se encontraban sin vigilancia.
También ha lamentado que avisaran a la madre de lo ocurrido cuando fue a recogerla a las dos de la tarde, más de dos horas y media después del suceso, y que la menor no recibió atención médica hasta que la madre la llevó al hospital, donde fue ingresada con múltiples hematomas y desplazamiento de riñón.
La menor fue conducida ayer al hospital porque sentía molestias y mareos, aunque ha vuelto a casa, donde debe guardar reposo.
Melisa ha manifestado que ninguna de sus dos hermanas quieren regresar al colegio, lo que sí harán los menores involucrados en la agresión, ha lamentado.
La Policía Nacional ha terminado de tomar declaraciones y pasado la documentación a la Fiscalía de Menores. La Inspección de la Conselleria de Educación y Universidad del Govern balear trabaja conjuntamente con la Fiscalía de Menores y la Policía para realizar un informe y adoptar las medidas oportunas con relación a este caso.
Fuentes de la conselleria han explicado que el objetivo en estos momentos es que la "normalidad" regrese al colegio, tras el interés mediático que ha levantado y la presencia de agentes de la Policía Nacional durante los pasados días en el centro para evitar cualquier altercado.
La Policía emitió ayer un comunicado mediante el que informó de que había identificado a seis menores de la docena que intervinieron en esta agresión, al tiempo que realizó un llamamiento a "la calma y la serenidad".
