• viernes, 29 de marzo de 2024
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AIZKORA

El navarro Iker Vicente, a golpe de hacha para lograr un récord "solidario" en el Navarra Arena

"Si consigo ayudar al CIMA estaría supercontento, todo lo que se recaude, bienvenido será", asegura el de aizkolari de Ochagavía.

El 'aizkolari' (cortador de troncos con hacha) Iker Vicente durante la entrevista concedida a Efe antes de intentar lograr el próximo domingo en el pabellón Navarra Arena de Pamplona un récord "solidario" para recaudar fondos que irán destinados a combatir la COVID-19 y batir al actual marca de Donato Larretxea, que cortó 14 troncos de 54 pulgadas en un tiempo inferior a 27 minutos y 17 segundos. EFE/Villar López.
El 'aizkolari' (cortador de troncos con hacha) Iker Vicente durante la entrevista concedida a Efe antes de intentar lograr el próximo domingo en el pabellón Navarra Arena de Pamplona un récord "solidario" para recaudar fondos que irán destinados a combatir la COVID-19 y batir al actual marca de Donato Larretxea, que cortó 14 troncos de 54 pulgadas en un tiempo inferior a 27 minutos y 17 segundos. EFE/Villar López.

Cuando era pequeño, a Iker Vicente (Ochagavía, 1997) le regalaron un hacha de juguete y casi "sin darse cuenta" se adentró en el universo de la aizkora hasta llegar a ser el segundo mejor del mundo con 22 años y ahora, a intentar lograr un récord "solidario" para recaudar fondos que irán destinados a combatir la COVID-19.

El 15 de agosto de 1995 en San Sebastián, el aizkolari Donato Larretxea cortó 14 troncos de 54 pulgadas en un tiempo inferior a 27 minutos y 17 segundos, estableciendo una marca que nadie ha sido capaz de superar hasta hoy, pero Vicente cuenta a Efe que lo ve "factible" y que quiere conseguirlo.

La aizkora es el "modo de vida" que sustenta a la familia de Vicente, que cuenta que acabó cautivado por este deporte rural después de acudir a los entrenamientos de su padre, también aizkolari, y de acompañar a sus primos "a cortar" con las hachas en vez de irse a jugar como el resto de niños.

De hecho, comenta que su primera exhibición fue con 5 años y que empezó a competir profesionalmente a partir de los 12 años, por lo que está tan familiarizado con las hachas que admite que cuando la tiene en sus manos "se olvida de que es una herramienta que corta muchísimo".

Este 14 de junio, de conseguir el récord, podría sumarse a los dos momentos cumbre de la carrera deportiva del navarro, que recuerda con entusiasmo y "mil emociones" cuando compitió y venció al que era su ídolo, Floren Nazabal, en el campeonato de Navarra: el "salto que lo llevó a la élite", relata.

Otro instante que "no se le olvidará nunca" fue cuando el año pasado consiguió ser campeón absoluto de Euskal Herria, cumpliendo así "el sueño de toda una vida" con 22 años, pero eso no fue suficiente para el de Ochagavía, que se define como una persona a la que le gusta ponerse "muchos retos".

En este sentido, afirma que también quiere superarse a sí mismo constantemente, por lo que su nuevo objetivo es batir esa marca vigente desde hace veinticinco años; una idea que surgió a comienzos de la cuarentena y después de darle "mil vueltas a la cabeza" pensando en cómo podía ayudar.

"Lo que sé hacer es cortar y se me ocurrió hacer un evento para recaudar todo el dinero que se pudiera para investigar la vacuna del coronavirus", explica Vicente, que le trasladó la idea de este evento al director del Navarra Arena y al CIMA, y quisieron "colaborar con ellos" en lo que al principio iba a ser un "evento sin más". Pero, con la intención de hacerlo "más atractivo para la gente", y que este "deporte pequeño" tuviese una mayor repercusión, Vicente recordó la existencia del récord de Larretxea y dijo: "voy a intentarlo", aunque sabe de sobra que "es bastante difícil", especialmente al no estar "en unas condiciones de entrenamiento al 100%".

El confinamiento le pilló "de sorpresa" y cuando se le había acabado la madera que tenía para entrenar, por lo que trastocó su rutina de entrenamiento de seis días a la semana: "dos corto, otros dos voy a Pamplona al gimnasio con un preparador y otros dos trabajo la resistencia; un día carrera y otro bici".

EN UN PEQUEÑO GIMNASIO Y CON MÁQUINAS VIEJAS

En cambio, pudo adaptarse a la situación con el paso de las semanas después de conseguir madera, un "rodillo" para la bici; e improvisarse un "pequeño gimnasio" con unas "máquinas viejas" de su padre con las que entrenaba "en una nave al lado de casa", por lo que, según Vicente, en sí era como seguir allí confinado.

En los últimos días, con el avance de la desescalada, ha podido volver a retomar su rutina habitual y ejercita sus habilidades con la madera de cara al domingo. Apunta, no obstante, que "depende mucho" del material, y que la madera con la que está trabajando estos días es "más dura" que la que tendrá en el Navarra Arena, y que, aunque anda cerca del tiempo a batir, "hasta el día de la prueba no veremos lo que pasa".

Serán unas circunstancias extraordinarias y diferentes a las que el joven está acostumbrado, que de normal tiene la "motivación de intentar ganarle" al rival. "Voy a estar cortando yo solo y será muy duro mantener la concentración durante toda la prueba", asegura Vicente.

En este caso la motivación es otra: "Si consigo ayudar al CIMA estaría supercontento","todo lo que se recaude, bienvenido será", dice, al tiempo que apunta que a través de la iniciativa #CortaElVirus, el centro de investigación ha habilitado una plataforma en su web para poder donar.

El evento de este domingo (12,15 horas), que será retransmitido en directo por EITB, supondrá el comienzo de la temporada de este deporte, que ha suspendido "a corto plazo" todas las exhibiciones de verano, y poniendo a la economía familiar de Vicente en un momento difícil, que, como el récord al que se enfrenta, también intentará superar a golpe de hacha. EFE


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El navarro Iker Vicente, a golpe de hacha para lograr un récord "solidario" en el Navarra Arena