Un francotirador británico acabó con la vida de cuatro miembros de Daesh de un solo disparo cuando éstos iban a asesinar a 12 rehenes a los que iban a quemar vivos. Concretamente, pretendían dispararles con un lanzallamas. Pero el militar, tal y como informa ABC en su edición digital, disparó a una distancia de 1.500 metros contra el terrorista en el momento oportuno y negó sus intenciones.
Los medios británicos ya consideran un héroe al francotirador, que utilizó una Barrett 50 calibre que impactó en el lanzallamas creando una enorme bola de fuego que mató a otros tres miembros del grupo terrorista.
Después de la explosión, los prisioneros fueron puestos en libertad. Una fuente declaró que "el equipo militar que salvó a los rehenes de manos de Daesh había recibido el aviso de que la ejecución se haría allí". Por eso el militar tomó una posición privilegiada.
"Doce civiles iban a ser asesinados -ocho hombres y cuatro mujeres. Eran sospechosos de espionaje. Cuando se disponía a realizar la matanza, el francotirador abrió fuego", ha publicado ABC como parte de las declaraciones que explican los hechos.