Tras perder el trabajo y ser abandonado por su mujer, fue obligado a ejercer de 'mula' para pagar las deudas.
Víctor Parada llegó a España en 2003 para reunirse con su madre y sus tres hermanas, hoy, quince años después, espera la salvación tras ser condenado a la horca en Malasia. Una sentencia a muerte que el Ayuntamiento de Alcoy intenta evitar para el que fuese su vecino.
El pasado 5 de enero, Parada, de origen boliviano y vecino de Alcoy durante seis años, recibió la sentencia de muerte tras ser descubierto traficando en Malasia con 450 gramos de cocaína en su estomago, tal y como han expresado medios como BBC o eldiario.es.
Cinco años después de ser detenido y encarcelado en Kuala Lumpur (capital de Malasia), el pleno del Ayuntamiento de Alcoy aprobará este lunes una declaración institucional firmada por todos los grupos políticos para reclamar al gobierno boliviano mayor implicación en el caso.
Parada llegó a España, donde estudió carpintería y estuvo trabajando en Benilloba, hasta que en 2009 la policía lo detuvo al no tener los papeles en regla, por lo que fue deportado. Otra vez en Bolivia, Parada se casó, tuvo un hijo, y trabajó como carpintero y como soldador.
Según relata su familia, residente en España, entonces en 2012 sufrió un accidente laboral al caerle una viga de hierro encima, donde perdió la movilidad de la mano derecha y parte de dos dedos. Intentó reincoporarse al trabajo pero fue despedido.
Llegaron los problemas económicos y, en 2013, su mujer le abandonó. Por ello, tal y como explica su madre y sus hermanas, se vio forzado a ejercer de 'mula' para un traficante con el que acumulaba deudas.
Ahora, encarcelado y sin fecha para su sentencia de muerte, su familia y el que fuese su Ayuntamiento durante seis años intentan paralizar la condena. Mientras su madre se ha trasladado a Bolivia e intenta conseguir el visado para traer a su nieto a España.
