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FÚTBOL

Sergio González, una despedida dolorosa e inesperada

Los últimos marcadores del equipo han desembocado en su destitución. El técnico ha pedido en sus últimas comparecencias más tensión competitiva.

Sergio González en el banquillo del Espanyol. Efe.
Sergio González en el banquillo del Espanyol. Efe.

Sergio González, hasta hoy entrenador del Espanyol, deja el cargo después de haber dirigido al primer equipo desde la anterior campaña y haber firmado una segunda temporada irregular con una mala dinámica en los últimos compromisos de Liga, pese a que no ha entrado en los puestos de descenso.

Los altibajos en esta temporada han sido constantes, desde el inicio. El equipo ha acusado demasiado la fragilidad defensiva y a nivel anímico encajar un gol ha sido sinónimo, prácticamente, de debacle. De todos modos, la noticia era inesperada: en el club había nervios, aunque la destitución no parecía inminente.

El ambiente en el vestuario, según explicaban sus propios integrantes, al menos públicamente, no se había resentido y la unidad de los jugadores y el cuerpo técnico era total. Después de la derrota contra el Celta en Balaídos, el entrenador y los jugadores mantuvieron una larga charla que se alargó durante una hora.

El catalán, de 39 años, se estrenó en un banquillo de Primera la temporada pasada, llevando al club blanquiazul a las semifinales de la Copa del Rey. El rendimiento del cuadro blanquiazul en la Liga también invitó a soñar con Europa. Aunque esto no fue posible, el Espanyol nunca sufrió por el descenso de categoría.

Su adiós también ha sido doloroso, ya que en la 2014-15 casi todo eran elogios. El Director Deportivo, Óscar Perarnau, fue uno de los grandes valedores de su incorporación tras el adiós del mexicano Aguirre. Los responsables deportivos valoraron su buen trabajo en el filial perico y no dudaron en darle la batuta de los mayores.

La afición le considera uno de los suyos. Ahora, el guión ha cambiado. Los últimos marcadores del equipo han desembocado en su destitución. El técnico ha pedido en sus últimas comparecencias más tensión competitiva, mostrándose molesto en algunas rueda de prensa. La derrota y la imagen en Balaídos han sido el desencadenante.

El Espanyol de la 2015-16, de todos modos, no era el mismo que en el curso anterior. Sergio González lideraba un bloque que en verano perdió grandes activos y en prácticamente todas las líneas: los centrales Diego Colotto y Héctor Moreno, el portero Kiko Casilla y los atacantes Sergio García, Lucas Vázquez y Cristhian Stuani.

La plantilla de esta temporada presenta, a la vista del rendimiento del equipo, presenta algunas lagunas claras, especialmente en la parcela defensiva. Tras la marcha de Colotto y Moreno, el club apostó por el francés Michael Ciani y el chileno Enzo Roco, que han demostrado no estar al nivel de sus predecesores.

En los 62 partidos oficiales que ha dirigido desde que llegó al cargo, tremendamente ilusionado y agradecido, el 27 de mayo de 2014, el balance en el banquillo catalán de Sergio González ha sido de 22 victorias, 14 empates y 26 derrotas.

Con su destitución, los dirigentes confían en dar un nuevo impulso. El Sergio González entrenador conectó rápido con todos, pero no ha cuajado en el Espanyol, tal como sí hizo en su excelsa etapa como futbolista. Siempre cercano, sincero, amable, laborioso y comprometido con los colores pericos, busca ahora nuevos horizontes.

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