• viernes, 29 de marzo de 2024
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TOROS

El torero navarro Javier Marín pincha el triunfo con la espada a un toro de vuelta al ruedo en Sangüesa

Sánchez Vara y el colombiano José Ercila abrieron la puerta grande en una tarde de toros complicados y peligro. 

Ganado: Cinco toros de la ganadería de Alberto Mateos Arroyo, complicados con motor, y otro del mismo ganadero con distinto hierro, el sexto, al que se le dio la vuelta al ruedo. 

Sánchez Vara: palmas y dos orejas. 

José Arcila: oreja y oreja tras aviso.

Javier Marín: oreja y silencio tras aviso. 

Presidencia: a cargo de Santiago Guayar, asesorado por Gonzalo Gómez y Andrés Pemán (veterinario). Estuvo generosa en el reparto de trofeos. 

Incidencias: Algo más de media entrada en tarde fresca en Sangüesa (15 grados). Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Iván Fandiño

Lució Javier Marín al sexto de la tarde, el mejor de la corrida de Alberto Mateos, que fue complicada en general, áspera por momentos y descarada de presentación, con algunos toros de pronunciados pitones y peligro permanente. 

El sexto, picado en su justa medida y muy bien banderilleado por Pablo Simón que debió desmonterarse para saludar, tuvo motor y raza, por momentos a revoluciones aceleradas que dificultaron a Marín para ligar los muletazos con mejor cadencia. Sin embargo, mereció el torero navarro triunfar con este toro, porque estuvo firme y con las ideas claras, en especial con la mano derecha, donde pudo expresar su toreo con algunos muletazos profundos. Falló con la espada en tres ocasiones y acertó con la cruceta a la primera. 

Había recibido al toro el cirbonero con las mejores verónicas de la tarde después de cortar una oreja al tercero de la tarde, un toro complicado, con un pitón derecho de mucho respeto y que complicó las cosas al navarro. Cortó una oreja en ese tercero por matar al toro a la primera después de una faena de tensión y riesgo. El toro salía con la cara alta y apenas humilló. Marín apostó por una faena por el pitón izquierdo y sacó del toro lo poco que se podía. 

Salieron a hombros los otros dos toreros de la terna, Sánchez Vara y el colombiano José Ercila, que mostró su enfado con la presidencia por no concederla la segunda oreja en el quinto, algo que hubiera sido excesivo.

Sánchez Vara mostró todo su oficio de 17 años de alternativa, en especial con el cuarto de la tarde, al que desorejó después de una estocada entera. El alcarreño puso banderillas a sus dos toros y consiguió meter en la muleta incluso a su oponente más complicado, el primero de la tarde, que se revolvía al salir de los muletazos con muy malas intenciones. Recogió una ovación del público tras pinchar a la primera. En su segundo, un toro más cómodo de cara, lució más en la faena y fue recompensado con las dos orejas que le abrían la puerta grande. 

Ercila volvía a Navarra tras su paso por Tafalla y lo hizo dejando sensación de querer mostrar un concepto de toreo más artístico que lidiador, algo que a veces choca por la condición de sus toros. Se lució en los quites con el capote y trató en todo momento de exponer delante de la cara del toro, pero con falta de transmisión por esa ausencia de sincronía entre toro y torero. 

Mató el quinto con la mejor estocada de la tarde, tras un pinchazo previo, después de haber estado muy en el sitio con un toro que remató en tablas de manera violenta en la salida y que poco a poco atemperó su embestida. 


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