Una vaca rezagada ha puesto los mayores momentos de peligro y emoción en el último encierro del Pilón, corrido este domingo con vacas de la ganadería de Teodoro Vergara.
Tres personas han tenido que ser atendidas por diversas erosiones por caídas en la cuesta y una cuarta por un mareo entre los espectadores.
"Todo el encierro ha ido rápido, pero ya en la primera curva una vaca se ha parado. A partir de ese momento ha bajado sola, pero despacio y a su ritmo", a explicado Esaú Pérez, pastor del hierro falcesino.
Y así ha ocurrido. Una multitud se había congregado en Falces para despedir los encierros de 2019, que se han caracterizados por la velocidad y limpieza, ya que apenas se han registrado incidencias reseñables y los heridos no revisten especial gravedad.
Tras el cántico y el cohete, se ha podido ver el movimiento de las vacas por la zona alta del monte. Todas han bajado juntas y estiradas, aunque según ha avanzado el encierro se han disgregado algo más. A la parte final han llegado en tres grupos distintos y, en especial, esa última vaca rezagada que ha dejado algunos momentos de tensión con caídas delante de su cara, pero sin que el animal hiciera por los corredores.
Puedes leer aquí la crónica completa: Una vaca rezagada lleva el riesgo y la emoción al último encierro del Pilón: tres atendidos por caídas.
Los responsables de la DYA, que han agradecido el trabajo de todos los compañeros y voluntarios que acuden para trabajar en este encierro, han confirmado que el sábado por la tarde en las vacas hubo un herido por asta en el escroto. Aunque al principio resultó algo aparatosa, fue atendido en el mismo lugar y trasladado posteriormente hasta el Complejo Hospitalario de Navarra, donde evoluciona de sus lesiones.
