Pese a que gran parte de su fama viene dada en gran parte por ser el lugar de origen de Julián Gayarre, el más ilustre tenor que ha dado esta tierra, la villa de Roncal se presenta a locales y visitantes como una de las más bonitas localidades del Pirineo navarro. Localizado en medio del valle que lleva su mismo nombre, Roncal ofrece una gran variedad de atractivos que no dejan indiferente a quien se acerca a conocerlo.
A 90 kilómetros de la capital, Roncal es el hogar de en torno a 200 vecinos, muchos de los cuales viven en las numerosas casonas señoriales que se reparten por sus barrios: Castillo, Iriartea, Irionda, Arana y San Juan. De estas casas, testigos de un rico pasado, destacan algunas, como Casa Gambra y Casa Sanz Orrio. La primera de ellas data del siglo XVIII y es de estilo barroco, con una fachada de dos cuerpos en la que resalta el arco de medio punto de la puerta, en el que está grabado sobre la piedra el año 1759.
Por su parte, la Casa Sanz Orrio también data del mismo siglo y de su fachada barroca cabe destacar el escudo, que contiene un sol, símbolo concedido a aquellos que habían prestado sus servicios en el continente americano.
Además, la iglesia de San Esteban de Roncal, gótica-renacentista del siglo XVI, alberga en su interior un retablo principal barroco y está rematada por una gran torre de sillería. También en Roncal se encuentra la ermita de la Virgen del Castillo (siglo XVI), donde se venera la talla románica del siglo XII de Nuestra Señora del Castillo, imagen mariana sedente con el niño en cuyo honor se celebran las fiestas patronales de Roncal, en el mes de agosto. Asimismo, existe una ermita en el despoblado de Navarzato, ubicado en el monte a algo menos de una hora del pueblo, dedicada a San Sebastián.
Paseando por el centro de Roncal encontramos la casa-museo de Julián Gayarre, construida en 1879 por orden del propio tenor y que desde 1990 alberga una exposición sobre el célebre roncalés y el mundo de la ópera. Sede de la Fundación Julián Gayarre, la entrada de adultos cuesta 3 euros, en tanto que jubilados, jóvenes (12-18) y grupos de 25 o más adultos pagan 1 euro. Para los menores de 12 años la entrada es gratuita.
Pero el legado de Gayarre en Roncal va más allá de este edificio ubicado en el barrio Arana. Tanto el frontón como las escuelas fueron construidos gracias a las donaciones del tenor, cuyo mausoleo en el cementerio municipal, en las afueras, merece una vista. Obra del afamado artista Mariano Benlliure, fue colocado sobre la tumba de Gayarre 11 años después de su fallecimiento, en 1901, y está realizado en mármol y bronce, con distintas alegorías que se resisten a aceptar la pérdida del roncalés. Durante años se encargó del mantenimiento del fúnebre monumento el también hijo de Roncal, Fructuoso Orduna.
La economía de la zona se basa en el turismo, la ganadería y la producción de queso, con denominación propia y de gran protagonismo en la gastronomía navarra. La localidad ofrece también servicios de restauración, bancarios, comercios y un Centro de Interpretación de la Naturaleza, en el que da a conocer, además de la fauna y flora, la forma de vida de un rincón de Navarra que sufre sobremanera los devastadores efectos de la población rural.
En este centro de interpretación se pueden encontrar dos trajes típicos de la zona. La vestimenta roncalesa tradicional, especialmente la festiva, se ha recuperado con fines ligados al folclore e incluso ha servido de inspiración en la confección de los trajes de gala de las concejalas del Ayuntamiento de Pamplona.
Así pues, Roncal se posiciona como un atractivo destino para conocer, a apenas hora y cuarto de Pamplona y con una diversa oferta que abarca desde el patrimonio histórico y material de sus antiguas casonas y templos religiosos hasta una rica experiencia en el entorno natural del Pirineo navarro.
