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SOCIEDAD

Las tres capillas ocultas en edificios de Pamplona: descubrimos dónde se esconden

Situadas en el Ayuntamiento de la capital, la Diputación Foral y el Palacio Episcopal, tres pequeños oratorios forman parte del patrimonio artístico y religioso de Pamplona.

Capilla en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Pamplona. PABLO LASAOSA
Capilla en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Pamplona. PABLO LASAOSA

La ciudad de Pamplona cuenta con una extensa y rica lista de bienes patrimoniales e históricos en su haber. Sin embargo, en esta ocasión hablaremos de tres pequeños oratorios desconocidos para la mayor parte de la ciudadanía dado que no son visitables al estar ubicados en las sedes de tres instituciones distintas: Ayuntamiento de Pamplona, Gobierno de Navarra y Arzobispado de Pamplona y Tudela.

Capilla del Ayuntamiento

La Casa Consistorial fue construida en década de los 50 del pasado siglo, a excepción de la extraordinaria y característica fachada barroca del siglo XVIII. En la planta noble se encuentra el salón de recepciones, donde cuatro curiosos cuadros vigilan a todo aquel que pone un pie en la estancia.

Así, los retratos de los reyes Isabel II y Francisco de Asís flanquean junto con los de los ilustres navarros Gayarre y Sarasate un gran tapiz con el escudo de la capital navarra bordado. Parece una simple forma de decorar la pared de la sala, pero realmente la cortina y el citado tapiz son móviles, mostrando la capilla del Ayuntamiento cuando son desplazados.

Esta pequeña estancia apenas ocupa algo más de dos metros de profundidad y cuatro de anchura y es perceptible desde la cuesta de Santo Domingo como un pequeño saliente del edificio. En el momento de su construcción, este espacio albergaba misas diarias y posteriormente estas funciones religiosas quedaron relegadas al recibimiento a San Miguel de Aralar (desde 2016 tan solo un pequeño acto de bienvenida) y a puntuales acontecimientos, como la capilla ardiente del concejal Tomás Caballero. La capilla, presidida por una colorida vidriera circular de San Fermín, un pequeño crucifijo y los relicarios de San Nicolás de Bari, San Jorge, San Fermín y San Francisco Javier, cuenta con un altar de madera oscura en el que destaca un escudo dorado de Pamplona en el lado frontal.

Además, en ambos laterales hay dos puertas que cuentan con un remate propio de la ciudad: el escudo con el león pasante y el escudo con las Cinco Llagas. Estas puertas dan paso a dos estancias, de dimensiones aún más reducidas en las que es posible encontrar desde las casullas y lo necesario para las celebraciones litúrgicas hasta la efigie de un Sagrado Corazón sedente.

Capilla de Diputación

El Palacio de Navarra fue construido entre los años 1840 y 1851, pero no fue hasta 100 años después que la actual capilla fue inaugurada. Ubicada junto al Salón del Trono, en las antiguas dependencias ocupadas por los monarcas en sus viajes a Pamplona, la actual estancia fue diseñada por el pamplonés Víctor Eusa, con la ayuda de Alfredo Surio de la Cuesta. Ya a comienzos del siglo XIX, la Diputación del todavía Reino, obtuvo permiso para contar con una capilla.

A lo largo de los años sufrió numerosas modificaciones, pasando de ser una pequeña estancia con una imagen de San Francisco Javier y ventanas decoradas con vidrieras traídas de París.

En la imagen siguiente se puede ver un detalle de la capilla durante una recepción del Gobierno de Navarra al Ángel de Aralar durante la etapa de Yolanda Barcina en 2013. El Gobierno de Navarra actual de María Chivite ha impedido a NAVARRA.COM tomar imágenes para este reportaje, a pesar de las peticiones efectuadas durante más de dos meses. 

En 1900 se rediseñó con una clara inspiración neogótica y en la década de los 30 su altar fue presidido por un cuadro del mismo santo navarro. Finalmente, en 1952 tuvo lugar la última reforma, con un marcado estilo de inspiración barroco, que dio paso a un altar churrigueresco, fruto del ensamblaje de dos retablos de comienzos del siglo XVIII procedentes de Ujué. La imagen central es de Santa María la Real de Pamplona, que está flanqueada por San Fermín y San Francisco Javier.

El techo caracterizado por sus ménsulas y vigas es obra del citado Alfredo Surio, al igual que las vidrieras, inspiradas en sellos medievales de Navarra. El escudo de armas de Navarra del frontal del altar fue costeado por los hogares navarros de Argentina. La nueva capilla fue inaugurada aprovechando la visita del Ángel de Aralar, en 1953.

Oratorio del Palacio Episcopal

Ubicado en la plaza de Santa María la Real, el Palacio Episcopal es, quizás, el más desconocido de los tres emblemáticos edificios que nos atañen. Levantado entre los años 1732 y 1736 en la zona de la antigua judería de Pamplona, se trata de uno de los mejores ejemplos del barroco en la ciudad.

El oratorio se encuentra en el segundo piso del edificio y también destaca por su reducido tamaño. Sin embargo, se trata de una impresionante capilla, presidida por un extraordinario retablo barroco en el que una talla policromada de San Fermín ocupa el lugar central sobre el sagrario (además de copatrón de Navarra, el santo moreno es patrón de la diócesis de Pamplona).

A ambos lados se encuentran San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola, en tanto que una pintura de la Virgen del Camino remata el conjunto, decorado con angelotes que portan los atributos propios del arzobispado, como el báculo. Las paredes del oratorio se encuentran policromadas con trampantojo y en ellas aparecen dos pequeños relicarios con forma de brazo escoltando el retablo.

Destacan asimismo los numerosos escudos episcopales del techo y las alegres vidrieras, cuya luz añade un colorido mayor a la que puede ser la más desconocida de estas tres capillas.


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