• jueves, 18 de abril de 2024
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BALANCE DE LEGISLATURA

Las salidas de tono de Ainhoa Aznárez (Podemos): una presidenta que no hizo honor al cargo parlamentario

La presidenta del Parlamento ha dejado momentos para el bochorno en la Cámara con insultos, desprecios y malas formas.

Ainhoa Aznárez, presidenta del Parlamento colocada por el cuatripartito vasco, ha demostrado durante toda la legislatura que el cargo no sólo le venía grande, sino que la categoría política y la decencia le son completamente desconocidas. 

Nada más ser nombrada en el cargo tras ser elegida parlamentaria de Podemos corrió como la pólvora la foto de la nueva presidenta de la Cámara foral 'amorrada' a un grifo de cerveza. Fue la carta de presentación de una política cercana a la izquierda abertzale, rebotada del socialismo navarro y que ha dejado su impronta autoritaria y poco dialogante en el Parlamento foral. 

Célebres han sido varias de sus intervenciones durante la legislatura, sus malas formas y el trato de favor permanente que ha dispensado a las formaciones del cuatripartito. Con todas menos con sus propios compañeros de Podemos, con los que se peleó y propició un lamentable espectáculo de la "regeneración política". Con Laura Pérez, primero su amiga, llevó la trifulca y las malas artes hasta la misma mesa del Parlamento. 

En octubre de 2015, cuando le legislatura apenas había echado a andar, Aznárez retiró la palabra al exconsejero Luis Zarraluqui (UPN) y lo mandó a hacer "un trío pasional  e íntimo" con los parlamentarios con los que debatía: Guzmán Garmandia (PSN) y Patxi Leuza (Geroa Bai).

Zarraluqui le pidió que no utilizara ese "humor negro" para hacerle callar, si bien Aznárez prosiguió con su intervención y le retiró la palabra. 

"Aquel de arriba, el de morado, fue el que me amenazó e increpó en Berriozar. Entonces voy a hacer todo en euskera y se va a joder bien", dijo la presidenta del Parlamento. 

Se refería Aznárez a una persona que, según ella, le pudo hablar de malos modos en un acto de homenaje en Berriozar en memoria de Francisco Casanova, asesinado por ETA. Aznárez acudió después de acceder al cargo gracias a Bildu, el partido que no condena ni ese ni ningún asesinato de los terroristas. 

Lo cierto es que denunció que le habían insultado, pero los periodistas que allí estuvieron sólo recogieron como un ciudadano se dirigía a ella sin ningún insulto. 

Ainhoa Aznárez también dejó una perla en su intervención durante un pleno.

Dentro del debate sobre el estado de la Comunidad y tras un receso posterior a la intervención de Uxue BarkosAznárez tomó la palabra para dar paso a los grupos de la Cámara, en concreto a los de la oposición. 

"Se abre el turno para las portavozas y portavoces", dijo Aznárez sin ruborizarse en una nueva invención léxica dentro de la locura feminista por intentar modificar el lenguaje a su manera. 

Aznárez, permitió una exposición en el Parlamento en la que se dibujaba a Enrique Maya, el anterior alcalde de Pamplona de UPN como un franquista de 1936, también se presentó en la farsa sobre el desarme de ETA, acto en el que se le vio charlando con el sanguinario asesino Josu Zabarte, el carnicero de Mondragón

Además, llamó "cutre" al portavoz del PSN Santos Cerdán y todos los grupos de la oposición criticaron sus formas autoritarias.


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