• sábado, 20 de abril de 2024
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COMERCIO LOCAL

Los centros de estética de Navarra critican la desinformación: "Quieren que abramos sin tener claras las medidas"

Isabel Lizarazu Centro Médico de Estética y Peluquería Iosu Pérez y New Silvia son dos de los negocios que piden mejores condiciones e información para empezar a trabajar después de más de un mes de confinamiento.

Isa Lizarazu, dueña de una centro de belleza, posa para un retrato para NAVARRACOM. PABLO LASAOSA
Isabel Lizarazu, dueña del Centro Médico y Estético Isabel Lizarazu, ubicado en la calle Iturrama, a la altura del número 13. PABLO LASAOSA

Isabel Lizarazu es la propietaria del centro médico y estético que lleva su mismo nombre. El local lleva abierto nueve años en la calle Iturrama, a la altura del número 13. La peluquería abrirá este lunes sus puertas nuevamente, dentro de la fase 1 de la desescalada.

El BOE indicó que estos negocios ya tenían el permiso para abrir, pero, según la propietaria, "no fueron muchas más las indicaciones que se dieron". Lizarazu considera que el Gobierno no ha sido específico con las políticas y las recomendaciones sanitarias, por lo que decidió aplazar su apertura una semana más.

"Para mí, este inició de desescalada ha sido una locura. Nos sentimos desinformados, porque todo ha sido a última hora, pretendiendo que abramos con tan solo un día de antelación", indica la esteticista.

Las medidas de seguridad sanitaria que se deben incluir son otras de las preocupaciones que tienen en el centro de estética. "Debemos preparar todo bien, pero tampoco tenemos información clara sobre las medidas de seguridad. No sabemos si nos van a obligar a algo, o si podemos hacerlo a nuestra manera", explica.

Lizarazu añade que han optado por "las recomendaciones de la Asociación de Peluquería y Estética de Navarra y por seguir nuestro sentido común de lo que nos parece más adecuado para nuestros clientes".

El centro de estética es uno de los 540 negocios de este sector que se encuentran en Navarra. Algunos asumieron el riesgo de habilitar sus servicios desde el primer día de la fase 0, mientras que otros han continuado una semana más con la preparación de esta nueva forma de atención al cliente.

Entre otros ejemplos, Iosu Pérez, el esposo de Lizarazu, es uno de los dueños de la Peluquería Iosu Pérez y New Silvia, junto a Silvia Morales, ubicada también en la calle Iturrama, aunque a la altura del número 9. Ambos decidieron abrir sus puertas el pasado miércoles.

Iosu Pérez, dueño de la Peluquería Iosu Pérez (caballeros) y Silvia New (damas), en la calle Iturrama. PABLO LASAOSA

Afirman que "las primeras horas son complejas por adaptarse a una nueva forma de trabajo y de aproximación a los clientes, pero, con el transcurso del día, se hace más llevadero y toca adaptarse a las nuevas circunstancias".

CAMBIOS EN LA ATENCIÓN AL CLIENTE

Lizarazu tiene servicios variados, entre los que se incluye: depilación con laser y con cera; manicura y pedicura; tratamientos corporales, faciales y reductores; microblading, es decir, tatuajes de ojos, labios y de cejas; y consultas de cirugía plástica para botox y rellenos.

Todas las actividades requieren de un contacto permanente entre los trabajadores y el cliente, por lo que Lizarazu ha decidido que tanto ella como la otra esteticista que trabaja allí utilicen pantallas, gafas, mascarilla y guantes. En cuanto a los uniformes, se pondrán una bata encima de la ropa para una fácil desinfección y posterior lavado a 90º.

En cuanto a los clientes, tiene pensado pulverizar con desinfectante los zapatos en cuanto lleguen, aplicar gel hidroalcohólico en las manos o los guantes, usar gorros desechables y mascarillas, y envolver el móvil con film transparente, "porque todas las clientas quieren usarlo durante los tratamientos".

Isabel Lizarazu, dueña del Centro Médico y Estético Isabel Lizarazu, ubicado en la calle Iturrama, a la altura del número 13. PABLO LASAOSA

Ahora bien, las medidas de seguridad no solo implican saber aplicarlas, sino un coste económico importante para los negocios. Puesto que, debido a la demanda dec los productos de protección, han subido sus precios. "Pasé de pagar nueve euros por una caja de mascarillas a aproximadamente 25 euros por el mismo producto, lo que aumenta nuestros gastos considerablemente", confirma la encargada.

Asimismo, "cada trabajador tiene que estar con una persona por turno y, además, toca dejar tiempo entre tratamientos para poder desinfectar el espacio, por lo que no se puede atender la puerta ni dar información en la recepción", indica. Lo que quiere decir que, si antes en un día atendían un mínimo 20 clientes, ahora tienen una agenda para un máximo de diez personas diarias.

"Será menos lo que ganemos en un día, aunque la gente está muy emocionada por poder recibir el servicio nuevamente. Tanto que la agenda de mayo ya esta completa, a pesar de que aún no hemos abierto", añade.

INCERTIDUMBRE

Isabel Lizarazu considera que no puede evitar sentir alegría por tener la oportunidad de abrir sus puertas nuevamente, pero afirma que lo más difícil del estado de alarma ha sido la incertidumbre.

"Me agobia no saber qué va a pasar, porque la cabeza vuela muy alto. Las ayudas del Gobierno son pocas, llegan tarde y los autonomos pagamos sin recibir; al final, es duro", analiza.

Por todo ello, considera que "si es con seguridad, estamos dispuestas a abrir, pero solo si es así. Si hay que perder dinero, perdemos, pero que nuestro esfuerzo sirva para algo y que no caiga en saco roto".

Lo importante por ahora es que sus clientes no parecen estar preocupados. "Solo dos personas nos han escrito para saber qué protocolo y medidas vamos a seguir, pero los demás insisten en comenzar sus tratamientos lo antes posible".


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