Pamplona ya cuenta con una nueva pizzería. Desde este viernes, todos los que se acerquen a Grosso Napoletano, en el número 5 de la calle Amaya, saborearán el auténtico sabor de la pizza napolitana.
Precisamente, la calle en la que se ubica destaca por haber acogido en lo últimos tiempos varias aperturas de establecimientos de restauración. Y presenta una atractiva y variada oferta de restaurantes, bares y cafeterías.
La firma de pizzas napolitanas abrió su primer local en febrero de 2017. "Justo el mismo año que los pizzaiolos fueron declarados patrimonio inmaterial de la UNESCO", pone de relieve Pablo Ortega, director de operaciones de Grosso Napoletano.
Y es que estos profesionales de la pizza son una de las piezas clave de estos restaurantes que ahora aterrizan en Pamplona. Y dejan a los clientes boquiabiertos con su habilidad para amasar mediante la técnica de la palmada napolitana.
No en vano, la plantilla de Grosso Napoletano en la capital navarra se compone de 13 personas. Y cuatro de ellos son pizzaiolos, venidos de la escuela de Nápoles.
De hecho, Hugo Rodríguez de Prada adelanta que la firma ya está trabajando para montar su propia escuela de pizzaiolos en España. Concretamente, en Madrid. "Estamos ya en contacto con profesionales italianos y ya tenemos el caso de dos camareros nuestros a los que sus compañeros les han enseñado esta profesión", se enorgullece.
Precisamente, Grosso Napoletano nació de su obsesión por la pizza napolitana. En el año 2010 viajó con Jorge Blas, otro de los socios de la firma, a Nueva York. "Por aquel entonces estaba el boom de las hamburguesas gourmet y llegaba el de la pizza", rememora.
Volvió a Madrid con la idea de montar su propio negocio de pizza napolitana. "Me lancé con un primer negocio que fue un absoluto fracaso", reconoce. Así que durante unos años trabajó en una agencia de publicidad hasta que volvió a intentarlo de nuevo, esta vez con Grosso Napoletano.
"Mi abuela, allí donde esté, estará orgullosa", comenta emocionado. No es para menos. El primer local lo abrieron en la calle Hermosilla. "Era una antigua panadería y de pequeño solía comprar con ella allí el pan", rememora.
Parece que esta vez le ha salido bien la jugada. El de Pamplona es el local número 21, sin contar una food truck con la que llevan sus pizzas a esas localidades en las que todavía no tienen restaurante.
Con un estilo que tiene toque industriales, este restaurante tiene un aforo total de 116 comensales: "68 en el comedor de dentro y 48 en la terraza del porche", puntualiza en director de Operaciones. Además, próximamente montará una segunda terraza en la calle.
Los comensales pueden elegir entre cinco entrantes fríos para abrir el apetito. "No tenemos cocina, más allá del horno, pero nos sirven para organizarnos a la hora de hacer las pizzas", explica Rodríguez de Prada.
Doce pizzas conforman la oferta de este nuevo restaurante en Pamplona. Destaca entre todas ellas la Margherita, un símbolo de la gastronomía napolitana. Además, está previsto que esta semana se incluya una nueva que fusiona los sabores italianos y mexicanos. El equipo también trabaja para incluir en el menú una pizza con un guiño a Pamplona, que solo se servirá en el local de la calle Amaya.
Los fans de la pizza napolitana podrán elegir entre el servicio en mesa o el take away. "La idea es que vengan, pidan y en lo que se tomen una cerveza tengan su pizza", plantea Ortega.
No en vano, las pizzas de Grosso Napoletano se cocinan en apenas 60 o 90 segundos, en función de cuántos ingredientes lleven. Y eso gracias al horno de leña, protagonista del negocio.
"Nos los hace un artesano de Nápoles de cuarta generación", destaca Rodríguez de Prada. Está piedra reflectaria y una base de rocas volcánicas de la orilla del Vesubio. "Utilizamos leña de encina y pino", especifica Ortega. También puntualiza que las pizzas se cuecen a 450 grados.
Además, los clientes también pueden optar por el servicio a domicilio, ya se a través de Glovo o del delivery interno. "Ambos tienen radios de unos tres kilómetros y medio", señala el director de Operaciones.
Las pizzas de Grosso Napoletano, con precios que oscilan entre los 8,90 y los 13,50 euros, se elaboran con una masa de doble fermentación. "Eso quiere decir que si hacemos la masa hoy, se consume en el restaurante al tercer día", ejemplifica Rodríguez de Prada.
Asimismo, se utiliza una harina de tipo 00. "Es decir, empleamos la parte más pura del trigo", explica Ortega.
Los ingredientes se exportan desde Italia y llegan a los restaurante dos veces por semana. "Buscamos con ello garantizar el producto más auténtico posible", insiste el director de Operaciones. Por su parte, Rodríguez de Prada insiste en que todos los restaurantes de la marca "son propios" y no franquiciados.
Precisamente, la apertura en Pamplona forma parte de una estrategia de expansión por el norte de España. "Teníamos en Madrid unos trece locales, habíamos ido al sur y queríamos llegar al norte del país", resume el director de Operaciones.
"Pamplona es una ciudad que tiene mucha población local y no hay mucha cultura sobre la pizza napolitana. Hay muy pocos locales que tengan este concepto y, además, nos viene genial abrir aquí porque para nosotros es una ciudad referente en el norte", ensalza a la capital navarra. Próximamente abrirán otros restaurantes "en San Sebastián y Bilbao". "Creemos que en el norte encaja este concepto", apostilla.
La firma proyecta cerrar 2022 con 30 restaurantes y llegar a los 50 en 2023. Entre esos planes de futuro también está "abrir en otros países vecinos".
