Jesús Echeverría Udabe regenta el local desde 1993 y en el bar destaca la comida casera y el ambiente de un bar de siempre.
El Bar Ciáurriz es uno de los clásicos del segundo ensanche de Pamplona, situado en el número 14 de la calle Padre Calatayud. Su origen se remonta a finales de los años 40 cuando se construyeron las nuevas edificaciones junto al colegio de los Maristas.
Es un bar ligado inicialmente a la familia de Javier Ciáurriz Ciáurriz, futbolista navarro que nació en 1946, que nada tiene que ver con Luis Ciáurriz que fue defensa de Osasuna a finales de los años 50 y entrenador rojillo de 1974 a 1976.
Pamplonés "de toda la vida", Jesús Echeverría Udabe, es el actual arrendatario del bar Ciáurriz, un establecimiento familiar de comida casera donde trabajan también su mujer Gema y su hija Tania, y hasta hace poco su hijo que ha decidido abrir un bar nuevo, "Mugartely's", en el Soto de Lezkairu.
Jesús nos explica la anécdota de los comienzos del bar: "El carpintero que trabajó en hacer la casa se quedó con este local y empezó a trabajar en el bar o en la cantina de aquella época. Esta familia estuvo hasta el año 1978 que es cuando ya lo alquilaron y hasta hoy que se ha ido traspasando".
"Yo lo cogí con otro socio en 1993 y desde el 98 estoy en solitario por periodos de diez años. Acabo en el 2025 y no sé si seguiré. Voy a cumplir 59 años. Terminaré el alquiler a los 62 y no se lo que voy a hacer en el futuro", asegura.
Jesús Echeverría explica que el bar fue la sede de la peña osasunista 'Txapela' desde 1995: "Ahora nos hemos quedado cuatro gatos en la peña", pero en los buenos momentos ha visto a Osasuna "en Cádiz, la Coruña, Tenerife, Sevilla, la final de la Copa en Madrid y en todas las ciudades cercanas a Pamplona".
Todo ello cuando podía compaginar viajes y trabajo en el bar: "Ahora la cosa va cambiando. Trabajas más el fin de semana porque el tema ha cambiado mucho y más con el Covid. Como no podíamos bajar a El Sadar ya no somos socios, que lo fuimos toda la familia, los cuatro en preferencia, pero eso se recuperará en algún momento y volveremos", explica.
El bar Ciáurriz es un local de siempre. "Aquí abajo el azulejo del suelo es del año 1948-50. Hicimos dos reformas, la última hace seis años. Forramos todo, tiramos los muebles, pusimos nuevos y se cerró el sobre piso que estaba acristalado".
En la decoración del interior del bar destaca un gran mural de Sanfermín con Caravinagre: "Tengo un amigo que nos hizo a tiza los gigantes y cabezudos y una gran foto antigua de la avenida de Zaragoza del año 50" con las cocheras del antiguo tren Plazaola.
En cuanto al menú que ofrece, destacan "el ajoarriero, los callos y en San Fermín el estofado de toro y el cordero al chilindrón". Un bar de los de antes, "además de los platos combinados, hamburguesas, porque hay que modernizarse".
La comida de toda la vida. "Mi mujer es la cocinera y le ha tocado toda la vida. Hay comida para llevar también, de todo un poco como raciones de ajoarriero, de toro, etc... Es la cocina de la abuela".
El cliente del bar Ciaurriz es gente de toda la vida "salvo Sanfermines que hay otro tipo de clientela y lo que te llega de fuera. Más o menos gente del barrio, gente mayor y otros jóvenes que entran conocidos de mis hijos. Un bar de toda la vida".
El horario de trabajo es sacrificado, asegura Jesús: "Todos los días empiezas a las 8 de la mañana y hasta que cierras. Abro yo y estoy hasta las 3 o así. Luego viene la hija y luego yo vengo a la noche por si hay que dar cenas o bocadillos". Tiene la ventaja que vive en la calle Tafalla "y en un minuto estás aquí".
Por el tema del Covid el Ayuntamiento les concedió una terraza en la Plaza de la Cruz con la Servicial Vinícola desde mayo a octubre del año pasado. "La experiencia fue bien, con la pega de llevar y traer todo que era un incordio al no tener cocina allí, pero no había más remedio. Era lo que había y fue una inyección dentro de lo mal que estuvo la cosa".
El Covid lo han pasado relativamente bien: "De mi familia solo lo han pasado mis dos hijos. No nos llegó a tocar cerrar del todo. Aquí nos pusieron el centro de vacunación en Maristas" y ahora con el covid más controlado y menos contagios se trata de "poco a poco ir remontando y a verlas venir".
La gente y los clientes han cogido otros hábitos también: "Hay más comidas que cenas hasta que la gente no se haga de nuevo a la normalidad. Las cenas han estado restringidas por los horarios y se nota. Eso que este no es un bar de copas sino un bar de cenas de última hora, que luego la gente se va a tomar copas a otras zonas".
En cuanto a la situación económica que atraviesan, Jesús Echeverría asegura: "Ahora poco a poco nos vamos recuperando. Tiene que ir poco a poco la cosa. Nos vamos salvando a base de ser familia, de horas y horas y de trabajo. Aquí hay que estar 10 o 14 horas según el trabajo que tengas. Somos autónomos y no son ocho horas y a casa" como en otros trabajos.
"A base de sacrificio, de muchas horas y de mucho trabajo". En cuanto a la respuesta que han tenido de los clientes durante la pandemia, afirma: "Siempre había alguno que se resistía cuando el tema de no consumir en la barra, pero de normal la gente lo ha asumido bien. No hemos tenido problemas".
Esperan con mucha ilusión a los Sanfermines de 2022: "Se trabaja bien porque es una zona que no hay tanta aglomeración. Estamos más apartados. Hay almuerzos y comidas y estamos más tranquilos del jaleo. Yo venía de trabajar en el casco viejo en la calle Campana, la calle Nueva y te vienes aquí, pero bien. Esperemos que se recupere y se pueda trabajar bien este año".
Jesús Echeverría lamenta el perjuicio que ha sufrido la hostelería durante el covid-19: "Hemos sido siempre los paganos. Lo primero que había que cerrar era la hostelería. Siempre se espera alguna ayuda. Nos ha tocado manifestarnos y parece que en navarra eran las restricciones más estrictas", resume.
Entiende que con el tiempo nos olvidaremos del Covid: "La gente tendrá que volver a lo que era esto. Esperemos que todo vaya bien, que todo mejore y volvamos a la normalidad y no pase nada raro de nuevo".
El bar Ciáurriz tiene el valor de ser un clásico en el segundo ensanche: "Habrá gente que le guste y otros que no. Desde el 93 hemos mantenido el ambiente que había".
"Antes había partidas de mus con gente mayor y ahora no. No es lo de antes cuando se podía fumar dentro del bar. las cenas aún le está costando, pero en comidas y almuerzos se nota mejoría", asegura Jesús Echeverría.
